Una demanda colectiva lanzada a nivel nacional en Estados Unidos contra una docena de marcas de cosméticos alega que ciertos productos relajantes del cabello, usados particularmente por las mujeres de raza negra, contienen químicos que incrementan el riesgo de padecer cáncer uterino y no notifican de este peligro a sus consumidores.
La polémica comenzó en octubre del año pasado cuando los Institutos de Salud de Estados Unidos publicaron un estudio donde se encontró una asociación, aunque no de causa directa, entre el uso continúo de estos productos capitales y la aparición de cáncer uterino.
De acuerdo con este análisis, que incluyó a un total de 34.000 mujeres, aquellas que usaron productos relajantes más de cuatro veces en el año pasado, tenían el doble de probabilidad de presentar cáncer uterino que quienes no usaban estos productos.
Se ha descubierto que los alisadores para el cabello incluyen ftalatos, parabenos, ciclosiloxanos y metales, y pueden liberar formaldehído cuando se calientan. El formaldehído es un carcinógeno conocido y se ha relacionado con el cáncer de nasofaringe y la leucemia, según la Organización Mundial de la Salud. El estudio de los NIH dijo que se sospecha que los ftalatos y otras sustancias químicas son disruptores endocrinos, que pueden interferir con las hormonas del cuerpo y se sospecha que contribuyen al riesgo de cáncer.
Más de 6.000 casos se han sumado a la demanda. El caso también se ha amplificado por algunos activistas para hablar sobre los estándares de belleza europeos aplicados al cabello rizado de las mujeres negras.
L’Oreal y Revlon, dos de las marcas meditadas en la demanda, han insistido en que no se ha encontrado una causa directa entre sus productos y el cáncer uterino, exigiendo una mayor investigación al respecto. Adicionalmente, las demandantes han tenido obstáculos para demostrar que usaron ciertos productos al no contar con recibos de ellos.
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