Beirut.- Los manifestantes han vuelto a bloquear carreteras en el Líbano para seguir ejerciendo presión sobre el Gobierno, al que piden que dimita en bloque, mientras está previsto que las fuerzas políticas den comienzo a consultas para designar a un nuevo primer ministro tras la dimisión de Saad Hariri.

Desde anoche, varias carreteras principales que unen Beirut con otras zonas del país fueron bloqueadas y, a pesar de que algunas fueron reabiertas tras negociaciones con efectivos del Ejército, otras fueron cerradas este lunes, al igual que ocurre en otros puntos del país.

El bloqueo de carreteras ha sido una herramienta empleada en varias ocasiones desde el estallido de las protestas el pasado 17 de octubre, que se reavivaron ayer ante el compás de espera político.

El domingo, decenas de miles de personas tomaron el centro de la capital y las principales ciudades libanesas para mostrar su «unidad» frente a la clase política dirigente, a la que consideran corrupta y a la que achacan los principales problemas económicos del país.

Los manifestantes piden la dimisión no sólo del primer ministro y su gabinete, sino también de todos los dirigentes sin excepción, incluido el presidente, Michel Aoun, el cual la semana pasada hizo promesas y concesiones que parecen no haber satisfecho a la calle.

El lema de la revuelta popular, que dio comienzo el pasado 17 de octubre, es «todos quiere decir todos», en referencia a que todos los líderes políticos deben marcharse después de haber monopolizado el poder durante décadas de ineficiente gestión.

Los manifestantes exigen cambiar el sistema político heredado en parte de la guerra civil (1975-1990), además de una solución a los problemas estructurales del país, en el que el suministro de agua y electricidad sufre cortes diarios, y la recogida de basura no es eficiente entre otros servicios de los que se quejan los ciudadanos.

Este lunes más centros escolares y universitarios reabrieron sus puertas, al igual que muchos bancos, después de que la situación se normalizara temporalmente al final de la semana pasada, pero otros establecimientos permanecen cerrados.

Estudiantes de la Universidad Americana de Beirut (AUB), la institución más prestigiosa del país, bloquearon la calle del campus con sus vehículos y contenedores.

La crisis también ha repercutido en la prensa y dos periodistas del diario Al Ajbar, cercano al grupo chií Hizbulá, Mohamad Zbeeb y Joyce Slim, han abandonado la publicación por oponerse a la línea editorial contraria a la revolución, anunciaron ellos mismos a través de las redes sociales.

El movimiento Hizbulá se ha mostrado en contra de un cambio de Gobierno e incluso ha responsabilizado a Estados Unidos de la agitación en el país de los cedros, donde los chiíes tienen una destacada presencia e influencia, con el apoyo de Irán.

 

EFE

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