La mano de obra nicaragüense representa un 16 % del mercado laboral en Costa Rica y se encuentra focalizado, principalmente, en agricultura, construcción, comercio y trabajo doméstico, según un estudio del Centro de Estudios Transdisciplinarios de Centroamérica (Cetcam).
«El mayor impacto de la mano de obra nicaragüense en el mercado laboral (costarricense) se encuentra en la agricultura, la construcción, el trabajo doméstico y el comercio, representando más del 16 % y convirtiéndolos en factor fundamental para la estabilidad de estos sectores», señaló del Cetcam, un centro de pensamiento integrado por investigadores centroamericanos de distintas disciplinas.
El estudio destacó la importancia de la mano de obra nicaragüense en la agricultura costarricense, debido a que esa actividad económica «representó la cuarta parte de las exportaciones de Costa Rica en 2021, mientras que este sector, en conjunto con la construcción, aportaron casi un 9 % del PIB (producto interior bruto)» de Costa Rica.
Desventaja del migrante nicaragüense
No obstante, según el estudio, los migrantes nicaragüenses se encuentran en desventaja al integrarse al mercado laboral costarricense, «porque el 81 % tiene la secundaria incompleta y apenas un 6 % tiene algún grado de educación superior».
«Esto limita sus posibilidades de obtener trabajos con una remuneración media», señaló el Cetcam.
Resaltó, sin embargo, que los hijos de los migrantes tienen la oportunidad de elevar su nivel educativo en la medida que se incorporan al sistema de educación pública y «podrán aumentar su contribución a la economía y a la sociedad costarricense».
Otra de las desventajas, según el estudio, es que «los derechos laborales de los nicaragüenses son menos respetados que en el caso de los trabajadores no migrantes».
Aporte a Costa Rica
Los migrantes nicaragüenses en Costa Rica, además del aporte económico, también contribuyen de otras formas difíciles de cuantificar, como son la cultura, gastronomía, festividades religiosas, actividades deportivas, prácticas de organización comunitaria, entre otras, según el estudio.
Para el Cetcam, el aporte de los migrantes nicaragüenses podría aumentar «si su proceso de inserción a la sociedad costarricense fuera más rápido, comenzando por la agilización de su estatus migratorio».
El pasado 15 de mayo, el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) alertó que Costa Rica «está soportando una carga desproporcionada» de nicaragüenses exiliados por la situación social, política y económica en Nicaragua, y anotó que están tratando de brindar más apoyo al país.
Datos oficiales indican que Costa Rica, país de 5,1 millones de habitantes, cuenta con 607.000 personas extranjeras regularizadas, de las cuales 60 % son nicaragüenses. Hay un número indeterminado de migrantes sin estatus migratorio.
Desde 2018, cuando estalló una crisis política y social en Nicaragua, las autoridades de Costa Rica han recibido al menos 240.000 solicitudes de asilo, de las cuales el 92 % son de nicaragüenses. En la actualidad hay unos 186.000 expedientes de asilo pendientes de resolución.
Nicaragua atraviesa una crisis política y social desde abril de 2018, cuando miles de nicaragüenses salieron a las calles a protestar por unas controvertidas reformas a la seguridad social, que luego se convirtieron en una exigencia de renuncia del presidente Daniel Ortega tras responder con la fuerza.
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