Los trabajos remotos pasaron de ser un relato lejano a una alternativa real para buena parte de los venezolanos. Datos del Centro de Estudios en Línea de la Universidad Católica Andrés Bello (Ucab) indican que el 80 % de los jóvenes del país que buscan una oportunidad laboral aspiran conseguir empleos remotos.

La apertura hacia trabajos remotos es una realidad global. Pero, en Venezuela, la crisis salarial del sector público y privado han sido factores que más influyen en la búsqueda de un oficio virtual.

Mientras que el salario mínimo sigue estacando en 130 bolívares (menos de un dólar, considerando su valor establecido por el Banco Central de Venezuela en casi 180 bolívares) la canasta básica alimentaria supera los $500, según la Federación Venezolana de Maestros.

La desigualdad entre lo que ingresa y lo que se necesita para “sobrevivir” hizo que el venezolano buscara maneras de “salvarse”.

El abogado y especialista en derecho laboral, Jair De Freitas, explica en una entrevista con Unión Radio que, “la inflación, el valor del bolívar y la compensación en divisas han influido en que más personas vean el trabajo remoto como una alternativa viable para mejorar sus ingresos”.

“No todo el mundo decide trabajar por cuenta propia porque tenga espíritu emprendedor. En muchos casos, la urgencia económica obliga a diversificar ingresos para sostenerse y cubrir necesidades familiares”, afirmó el experto.

Aun así, quienes trabajan bajo este esquema quedan fuera de la seguridad social y sin beneficios laborales, como prestaciones, vacaciones remuneradas o estabilidad contractual.

¿Es rentable el teletrabajo?

Javier Valero, quien desde el Zulia trabaja como asistente virtual para empresas en Miami, Estados Unidos, explicó que la oferta salarial en materia de manejo de redes sociales, marketing digital, redacción, ventas online, asistencia, secretariado, y teleoperador pueden variar dependiendo de la carga laboral y la naturaleza de la compañía que contrate.

“En Maracaibo si existen estos trabajos, se ven mucho las empresas outsourcing, que son compañías terceras que te conectan con empresas de Latinoamérica o EE. UU., Canadá y los rangos salariales pueden variar entre 400, 600, hasta 700 dólares, hay trabajos que son medio tiempo, otros, ocho horas. El tiempo dependen también de las zonas horarias de ese país”, explicó Valero a Versión Final.

Apuntó que “se puede llegar a esos trabajos por medio de páginas de contratación, donde puedes dejar tu currículum y, en caso de ser diseñador o algo parecido, no es tan necesario hablar inglés”.

En su mayoría, son jóvenes quienes no solo dominan la tecnología para laborar, sino quienes han logrado con la calidad de su trabajo ser un buen candidato para teletrabajos bien pagados.

José Esteban Ruiz, quien trabaja como copywriter para agencias de gestión de redes sociales, contó que su salario “va entre los 150 y 300 dólares mensuales, todo depende de la cantidad de cuentas que uno maneje”.

“El horario es flexible, a mí me permiten entregar las grillas de contenido de mis cuentas una vez a la semana. Yo puedo trabajar dos días seguidos a la semana, un rato todos los días, ya eso depende de mí”, apuntó Ruiz.

Mientras, agencias de noticias internacionales ofertan remuneraciones similares. “Escribo para una agencia de noticias, que presta servicios a varios medios de comunicación extranjeros (…) Con mi carga laboral estoy ganando $250 y me queda tiempo para hacer otros trabajos y completar”, contó Derian Blanco, quien cumple horarios de 7am a 2pm en su teletrabajo.

«O un contrato o la incertidumbre»

Para muchos, trabajar en pijama desde su casa no fue una opción contemplada como aspiración profesional. Así fue el caso de Brazil Loaiza, redactora y especialista en Marketing digital que, durante la pandemia por Covid-19 se vio desempleada y con la necesidad de generar ingresos.

Incursionando en el mundo digital, la estabilidad no estaba garantizada, pero era su única opción.

“Al principio, intenté con portales conocidos, como frellancer.com Workana, no conseguí ni un cliente (…) Mis primeros clientes sólidos llegaron por LinkedIn, gracias a un blog donde hablaba sobre marketing y publicidad”, aseguró.

En el mercado laboral online no existe la estabilidad “eterna”, asegura Brazil. “En cuanto a los ingresos, si trabajas como freelancer, varía mucho dependiendo del trabajo y los contactos. Al principio, suele ser muy baja porque no hay contactos, no hay influencia”, apuntó.

“El trabajo freelancer se mueve entre estas dos cosas: o un contrato a largo plazo, o la incertidumbre de un proyecto puntual. Te dan un proyecto, te dicen vas a hacer esto y luego de eso, probablemente no te pidan hacer nada más”, afirmó.

En su constancia, afirma que ha logrado captar “clientes fijos” que le han permitido establecer ingresos base de forma mensual. “Yo he hecho ambas formas y algunos clientes prefieren un contrato a largo plazo. Pero, también están los clientes ocasionales con proyectos que pueden ser mucho más lucrativos, pero no te garantizan la estabilidad. Para mí, la clave ha sido combinar ambos”, agregó.

Pese a que, su modalidad de trabajo le ha traído altas y bajas, Loaiza asegura que ha sido una alternativa positiva, tanto en el área económica, como personal. “Para mí, es que esto te permite dedicarte a otras pasiones, tienes posibilidades para ampliar tus conocimientos, todo depende de tu estilo de vida y lo que quieras lograr”, afirmó.

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