El Pao. Productores del campo dicen que padecen por falta de transporte para sacar las cosechas. Muchos compradores se aprovechan para pagarla a precio de “gallina flaca”.
Antonio Brito, dice que no es negocio sembrar para luego ver los frutos en menos de un año y venderlos “por tres lochas”.
Es nativo de Caripito, estado Monagas, sin embargo, emigró al sector campesino Quebrada Honda, vía El Pao, para trabajar la agricultura. En 40 años, radicado en este sitio, no tiene nada, solo un pedazo de tierra y un rancho que requiere de ciertos arreglos.
“Días atrás, había mandarinas, naranjas, limón, también yucas. Ahora, debemos preparar la tierra para sembrar y aprovechar el invierno”, exclamó Brito. Además, se quejó porque el campesino, no tiene como sacar la producción y venderla en los mercados.
Dice que algunos compradores se acercan y pagan por un saco de yucas 40 millones de bolívares y hasta menos, “todo el esfuerzo e inversión se esfuma en cuestiones de segundo”.
Explicó que por trasladar un saco de verduras en un autobús del transporte público, paga 2 millones de bolívares y 700 mil bolívares como pasajero. En el mercado tiene que cancelar 200 mil bolívares a los colectivos por vigilar el bulto, más 100 mil bolívares para pesarlo.
Mencionó que otro de los graves problemas que enfrentan a diario es con respecto a la presencia de las “rapiñas”, delincuentes que arrancan las cosechas para llevársela sin haber trabajado la tierra.
“El Gobierno se olvidó de los productores del campo. No recibimos ayuda, tampoco crédito de nadie y por esa razón, sembramos lo que se puede, sólo para conseguir el sustento de la casa”.
Todos los asentamientos campesinos de la parroquia Pozo Verde y Andrés Eloy Blanco, se encuentran abandonadas y desiertas. Las calles están intransitables, el agua llega del cielo y cuando no, la buscan en quebradas.
Bladimir Martínez Ladera
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