El metabolismo es algo que muchas personas han oído mencionar alguna vez, pero que no siempre saben definir con exactitud. Generalmente, el concepto está asociado con la figura. Sin embargo, va mucho más allá de eso.
En realidad, el metabolismo no solo tiene que ver con qué tan delgados o no estés, sino con la forma en que se aprovecha la alimentación para mantener un cuerpo saludable y ayudar al organismo a realizar sus funciones correctamente.
¿Qué es el metabolismo?
La literatura científica lo define como el conjunto de reacciones bioquímicas que se dan dentro de las células del cuerpo que le permiten a un organismo obtener y utilizar la energía y los compuestos necesarios para su desarrollo.
En pocas palabras, dichas reacciones son las que transforman los nutrientes que ingerimos en la energía necesaria para llevar adelante todas las funciones vitales.
La energía que se produce en el metabolismo se utiliza en diferentes funciones vitales, entre las cuales se pueden destacar las siguientes:
- Respiración.
- Digestión.
- Circulación.
- Temperatura corporal.
- Eliminación de los desechos a través de los riñones y el intestino.
El metabolismo se encarga de condicionar el gasto energético. Por este motivo, siempre se tiene en cuenta esta función cuando algunas personas no consiguen perder peso a pesar de seguir estrictas dietas. Por lo tanto, es fundamental seguir la dieta adecuada y regular este proceso de manera natural, según las pautas de los especialistas (médico endocrino y nutricionista).
¿Cuáles son los síntomas del metabolismo lento?
Las personas con un metabolismo lento pueden caracterizarse por los siguientes síntomas:
- Cansancio y fatiga.
- Tendencia al estreñimiento.
- Digestiones lentas o pesadas.
- Dificultades para levantarse por la mañana.
- Tendencia a la depresión, en algunos casos.
- Dificultad para bajar de peso o cambios de peso frecuentes. La grasa se acumula en las caderas y las piernas.
¿Cuáles son los síntomas del metabolismo rápido?
Las personas con un metabolismo rápido pueden caracterizarse por los siguientes síntomas:
- Apetito constante.
- Exceso de energía.
- Dificultades para conciliar el sueño.
- Tendencia al nerviosismo y la ansiedad.
- Mala absorción de los nutrientes en el intestino.
- Dificultad para engordar. La grasa se acumula en los brazos y el abdomen.
El metabolismo y la dieta
Existe una teoría nutricionista, según la relación que hay entre el tipo metabólico y las preferencias a la hora de comer. Desde esta perspectiva, es fundamental conocer el tipo de alimentos que más nos convienen para estar saludables y prevenir el sobrepeso.
A continuación se mencionan algunas recomendaciones, aunque, para este tipo de patología es necesario acudir a un nutricionista o endocrino. Será este quien recomiende la mejor dieta según tu historia clínica y síntomas.
Dieta para el tipo metabólico rápido
El tipo metabólico rápido se corresponde con personas de buen apetito que suelen preferir siempre alimentos ricos en grasa y proteína. Casi siempre se decantan por las opciones saladas en lugar de las dulces.
Si es el caso, para mantener un peso equilibrado hay que reducir el consumo de carbohidratos, sobre todo de dulces y harinas refinadas.
No obstante, también es muy importante no excederse en el consumo de proteína animal. Procuraremos combinarla con proteínas vegetales como las legumbres y los frutos secos.
Las grasas no son perjudiciales, siempre y cuando sean de buena calidad:
- Aguacate
- Semillas
- Pescado azul.
- Frutos secos.
- Yema de huevo.
- Ghee o mantequilla clarificada.
- Aceites de primera presión en frío: oliva, coco, sésamo, lino.
No se debe olvidar combinar estas raciones de proteína y grasas con una buena cantidad de vegetales crudos. Se pueden tomar en jugos y gazpachos, batidos o ensaladas. Si hay mucho apetito se deben hacer varias comidas al día y no saltarnos ninguna de ellas.
Dieta para el tipo metabólico lento
Las personas de este tipo de metabolismo suelen tener tendencia a ganar peso y a sentir fatiga, a pesar de no comer demasiado. En este sentido, la mejor solución se basa en adoptar una dieta adecuada.
La preferencia suelen ser los dulces, los cuales son una tentación que, en general, no resulta saludable. Lo más aconsejable sería consumir siempre carbohidratos sanos, elaborados con edulcorantes como la estevia y harinas integrales. Es fundamental reducir el consumo de sal, que suele ocasionar hinchazón y retención de líquidos.
Cuando se tiene el metabolismo lento se suele buscar la energía en los estimulantes como el café o las bebidas de cola. Sin embargo, es preferible elegir bebidas hechas con frutas naturales y alimentos como el jengibre, la maca, el cacao puro, el ginseng, etc.
El control en el consumo de grasas es de suma importancia. Deben consumirse en cantidades moderadas y elegir las recomendadas para el metabolismo rápido. Por otra parte, beber agua a lo largo del día, en ayunas y fuera de las comidas, también nos ayudará a acelerar el metabolismo.
Para conocer cuál es tu metabolismo y qué es lo que más te conviene para lucir y sentirte bien, consulta con el endocrino y el nutricionista.
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