La ministra de Salud de Colombia, Carolina Corcho, habla durante una entrevista con EFE, el 25 de febrero de 2023, en Medellín (Colombia). EFE/ Luis Eduardo Noriega A.

Medellín (Colombia).- El proyecto de reforma a la salud del Gobierno colombiano ha causado una controversia ante la cual la ministra de esa cartera, Carolina Corcho, asegura que no hay motivos para el pánico, que el sistema no será destruido, como dicen sus críticos, y que los cambios pueden durar décadas.

«Los sistemas de salud de manera permanente se reforman y evolucionan, eso no tiene por qué generar pánico, ni (pensar) que vamos a destruir el sistema de salud», afirma la ministra en una entrevista con EFE en Medellín.

Corcho atribuye la polémica a «un asunto de desinformación» y a «intereses» de privados que manejan recursos públicos mediante las Entidades Promotoras de Salud (EPS) -intermediarias entre hospitales y clínicas y los pacientes-, las «reacciones fuertes» que causa el proyecto presentado al Congreso.

TRES PILARES DEL CAMBIO

La ministra explica que la reforma tiene tres elementos centrales, de los cuales «el primero es poner en la base del sistema la atención primaria», dicho de otra forma, «es mejor prevenir que curar, la salud preventiva».

«El segundo es el manejo de los recursos. La salud se financia completamente con recursos públicos (…) pero lo que ha habido es un manejo privado de esos recursos que ha dejado al sector en una profunda crisis financiera. Eso hay que corregirlo con un manejo que permita el pago directo a clínicas y hospitales que son quienes prestan los servicios y a quienes no se les paga a tiempo», explica.

Como complemento, que los trabajadores de la salud «sean contratados de manera digna», añade.

Sobre los objetivos, Corcho señala que el nuevo sistema «plantea que todos los colombianos debemos tener por lo menos a una hora de distancia un servicio de urgencias, un servicio de sala de parto, consulta médica ambulatoria y en algunas regiones, de acuerdo con las necesidades, consultas ambulatorias especializadas».

Y explica que para lograr eso es necesario «corregir la inequidad del actual sistema» en el que «como ha habido un manejo privado de recursos públicos éstos se han conducido a las grandes ciudades y a las grandes capas de la sociedad más favorecidas» descuidando el campo.

INCENTIVOS PARA SALUD RURAL

«Con esta reforma vamos a empezar a redireccionar unos recursos hacia esas zonas dispersas y rurales (…) Requerimos incentivos para que ese personal de la salud vaya a esa Colombia a la que el actual sistema abandonó a su suerte», dice.

Según la ministra, los incentivos deben abarcar además la formación de médicos, y cita la instrucción del presidente Gustavo Petro de que se abran facultades de medicina en todo el país, principalmente en las zonas más remotas donde no hay médicos suficientes.

«Las evoluciones y reformas de los sistemas de salud no se hacen en cuatro años, pueden demorar una década, dos décadas (…) Lo que tenemos que hacer en este Gobierno es empezar en el sentido correcto de la reforma, en caso de que sea aprobada, y direccionar recursos del presupuesto de la nación para construir, reconstruir y reponer la infraestructura hospitalaria pública que fue abandonada por tres décadas», indica.

Corcho reconoce que «es posible que no alcancemos a hacerlo todo, pero vamos a empezar y es una voluntad política».

En este punto, la ministra desmiente que con la reforma, el papel de intermediación que hacen las EPS pasará a manos de alcaldes y gobernadores y asegura: «Eso es una de las mentiras, desinformación y pánico que se ha generado en el país».

«Lo que estamos proponiendo es que el pagador, que es un fondo público que ya existe, llamado Adres (Administradora de los Recursos del Sistema General de Seguridad Social en Salud) pague de manera directa a clínicas y hospitales», afirma.

Explica que en la actualidad el Adres gira los recursos a administradores privados y en ese punto se pierde el control, «hasta el punto de que hoy las EPS adeudan más de 23 billones de pesos (unos 4.745 millones de dólares) a clínicas y hospitales».

RESPUESTAS A LA CRISIS

De la misma forma, asegura que uno de las grandes críticas que se hacen a la reforma, que es la posible eliminación de las EPS, no tiene fundamento.

«Las EPS se han venido acabando. Empezaron 150, ya van 28 y de esas 28 muy pocas cumplen (…) Si no hiciéramos nada las EPS en cuatro años terminarían acabándose. Pero el proyecto de ley en ningún momento dice en un artículo ‘elimínense la EPS’, ni mucho menos. Lo que vamos a hacer es que a las que cumplan, que son pocas, se le va a poner unas exigencias de creación de centros de atención primaria en salud para poder continuar», subraya.

También garantiza que en el proyecto de ley «no se tocan las medicinas prepagas, eso es un mercado. Aprobada la ley, todo colombiano podrá seguir teniendo medicina prepaga en las mismas condiciones que hoy».

Con respecto a las comentarios del presidente del Senado, el oficialista y médico de profesión Roy Barreras, en el sentido de que si se aprueba la reforma tal como está habrá una crisis en la salud, Corcho es tajante: «Lo primero que hay que decir es que el sistema de salud ya está en crisis y eso es lo que motiva la reforma».

«En este momento hay una crisis humanitaria. El año pasado 350.000 colombianos suplicaron por su vida (atención) frente al sistema de salud. Más de un millón de quejas se pusieron ante la Superintendencia de Salud por inatención», expresa.

Y concluye diciendo que el país «tiene un sistema de salud con muchos recursos y pocos resultados» en el que se acumulan inequidades como que hay 600 municipios sin puesto de salud rural, 300 sin sala de partos y se han cerrado servicios de urgencias porque no son eficaces. «Lo que busca la reforma es resolver esa crisis», resume.

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