EFE

Niamey.- Níger ha vivido su peor catástrofe en los últimos años tras la explosión hoy de un camión cisterna lleno de combustible en la capital Niamey, causando la muerte de 58 personas y 37 heridos graves, además una gran conmoción en la sociedad nigerina.

Los heridos fueron inmediatamente evacuados a los centros hospitalarios de la capital por los efectivos de bomberos presentes en el lugar del siniestro, que tuvo lugar en el barrio conocido como «Aéroport», y que estaba devastado por el fuego, según pudo constatar Efe en el lugar.

El accidente ocurrió a la 1 de la madrugada hora local cuando el conductor del camión perdió el control del vehículo y acabó volcando.

«Antes de la llegada de los bomberos para cercar el perímetro del accidente, varias personas que llevaban todo tipo de recipientes se abalanzaron sobre el camión para robar el carburante», contó a Efe Zakari Sadou, un habitante del barrio.

Sadou, que dijo haber seguido el escenario a cierta distancia, deploró que estas personas empezasen a llenar sus recipientes con combustible sin medir los riesgos de su actitud, cuando bruscamente el camión se incendió y explotó.

Según fuentes hospitalarias, entre los muertos y los heridos graves hay mujeres y hasta niños. «La mayoría de las víctimas tienen los cuerpos completamente calcinados, y la gran mayoría de los heridos sufren quemaduras de segundo y tercer grado», precisaron.

El presidente de Níger, Issoufou Mahamadou, visitó a los heridos para informarse de cerca sobre su estado.

El capitán Hamani Abdoul Aziz, del equipo de bomberos, explicó que sus efectivos se dedicaron en un primer momento a establecer un perímetro de seguridad, sobre todo por el hecho de la ubicación de una estación de servicio cerca del lugar del accidente.

«Pero desgraciadamente no hemos logrado a dispersar al vecindario que estaban agrupados alrededor del camión cuando explotó y causó un gran incendio que se extendió varias decenas de metros», lamentó Abdoul Aziz.

El responsable nigerino indicó que los efectivos de bomberos lograron circunscribir el fuego y extinguirlo rápidamente antes de que se propagara en todo el barrio, al mismo tiempo que deploró «la imprudencia» de la población que estuvo en el origen de este incidente de gran magnitud.

«Los líquidos inflamables y concretamente la gasolina son muy peligrosos, pero las poblaciones no miden a menudo los riesgos que conlleva intentar recoger este combustible cuando hay una fuga», añadió.

En el mismo sentido, el ministro de Interior nigerino, Mohamed Bazoum, que se desplazó al lugar del accidente lamentó la actitud de la población.

«Este drama debe concienciar la población sobre los peligros de los líquidos inflamables», aseveró.

Para aliviar el sufrimiento de las familias de las víctimas, Bazoum prometió un apoyo del Estado, sin dar detalles sobre su carácter, y anunció que el gobierno reforzará la sensibilización de la población para prevenir contra este tipo de accidentes.

Incidentes parecidos son moneda corriente en la vecina Nigeria, que es el gran productor petrolero del centro de África: allí, es habitual que los vecinos perforen los oleoductos para robar el combustible, y esos actos acaban muchas veces en tragedia.

 

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