Una de las manifestaciones más frecuente y preocupante por parte de los padres es tener a su hijo con fiebre.-
Por lo general, la temperatura corporal normal de un niño se encuentra entre los 36,5ºC y 37,5ºC.La fiebre es una temperatura corporal por encima de este rango. La fiebre es un signo (se cuantifica a través del uso del termómetro) que expresa enfermedad y es muy frecuente su aparición en los niños.
De suma importancia en un recién nacido, pues nos alerta de un proceso infeccioso nada despreciable en este grupo etario. En niños a partir del mes de edad son comunes que se presenten por infecciones virales y desaparecen sin tratamiento.
Sin embargo, en ocasiones, la fiebre puede ser señal de una enfermedad más grave, tal como una infección bacteriana de la sangre (septicemia), infección del tracto urinario, neumonía o meningitis(infección del Sistema Nervioso Central).
En nuestra comunidad se han de tener en cuenta también el paludismo y el dengue por su endemicidad. Si su hijo tiene fiebre, su temperatura será superior a 38ºC.
En los niños menores de año y medio se recomienda tomar la temperatura por vía rectal. En los de más edad se debe tomar sublingual (debajo de la lengua) o en la axila (sobaco), siendo la más fidedigna la tomada en la región rectal.
En algunos niños, sobre todo en menores de 5 años de edad, un aumento repentino de la temperatura corporal pudiera provocarles ataques espasmódicos que se denominan convulsiones febriles. La fiebre también puede ser efecto secundario de algunas vacunas infantiles.
Importante tener en cuenta que la vacuna BCG y la de Hepatitis B aplicadas al recién nacido no deben producir fiebre, si se presenta mejor es consultar al Pediatra y evitar la automedicación en los recién nacidos debido a sus consecuencias.
Al tomarle la temperatura en la boca, en la axila o en el recto, debe colocarle el termómetro por dos o tres minutos. Mientras el niño permanezca febril suminístrele abundantes líquidos para evitar que se deshidrate, ya que la deshidratación complicaría su cuadro clínico. El aumento del color de la orina o su ausencia nos indicara el grado de deshidratación, ya que esta se torna más oscura o está ausente (anuria).Mientras su hijo permanezca con fiebre no lo lleve a la escuela o a la guardería.
Para controlar la fiebre debe hacerle crioterapia (bañar al niño de pie a cabeza con agua a temperatura normal o tibia, durante 20 a 30 minutos, hasta lograr normalizar la temperatura corporal).
Debe darle algún antipirético, dosificado de acuerdo al peso del niño, siendo los de uso más frecuente: acetaminofén, diclofenac, ibuprofeno o dipirona. Uno en particular, nunca darle todos juntos. Dele la dosis adecuada (muchas veces no surte efecto por una dosis muy baja respecto al peso del niño).-
Si está avanzada la noche y no quiere bañarlo, tome una o dos toallas remojándolas en agua fría o con hielo, colocándola en la cabeza, alrededor de su cuello, tobillos y muñecas. Puede repetir este proceso las veces que sean necesarias.-
Nadie conoce a su bebé mejor que usted. Si cree que está enfermo y está preocupada(o), llame a su pediatra. Si presenta síntomas que indican la existencia de una enfermedad o una infección grave, el pediatra le pedirá que lo lleve a la consulta, sea cual sea su edad, o a una sala de emergencias si llama después de horas laborables.
Los padres deben aprender a resolver este tipo de circunstancias en el hogar para tratar de no complicar más una situación que si no se asume con el conocimiento lógico que amerita, exponemos al niño a mayores males (convulsiones febriles), por no saber qué hacer hasta que el pediatra lo evalué o salir de casa en horas inapropiadas que pongan en peligro la integridad del grupo familiar.
Recuerde que al ingresar a la sala de emergencia no necesariamente lo atenderá directamente el pediatra, ya que en ese momento puede estar ocupado atendiendo a un paciente que puede estar igual o peor que su hijo, por ello debe confiar en la atención que pueda prestarle el resto del equipo de salud hasta esperar su turno para ser atendido por el médico, ya que este personal está entrenado para este tipo de situaciones.
La prioridad la marcará en ese momento la clínica del paciente y las circunstancias que ocurran. Personalmente aconsejo mantener la calma y la confianza en todo el equipo de salud, que para eso estamos, para atender al niño enfermo y obtener el éxito deseado.
Hasta la próxima.-
Dr. Hugo Lezama Hernández.
Pediatra Puericultor. Egresado de la Universidad de Oriente (UDO).-
Miembro activo de la Sociedad Venezolana de Puericultura y Pediatria.Filial Bolívar.
Secretario de Relaciones Institucionales, Periodo 2021-2023.-
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