Hay que tener presente que la adquisición del lenguaje no es solo un proceso instintivo,sino que depende de la maduración neurológica con base mental y auditiva normal, por la cual el niño oye sonidos múltiples del entorno que trata de imitar, y luego asocia estos sonidos con objetos y con conocimientos y demás expresiones del razonamiento.
El habla es un proceso esencialmente imitativo que necesita una estructura sensorial, mental y ambiental en buenas condiciones, en donde la instrucción intensa puede modificarla, pero no acelerarla. Cada niño tiene su propio patrón de desarrollo de la palabra dentro de una amplitud normativa en relación con su edad cronológica.
El retraso en el desarrollo del lenguaje provoca retardo en el desenvolvimiento ulterior de la capacidad de adquirir conocimiento y facilidad en el aprendizaje.
Fases del lenguaje hablado:
1.-Fase comprensiva, lograda entre 10 a 14 meses de edad. Entiende ordenes simples, como «trae los zapatos de papá». Si el niño comprende todo a pesar de que no pronuncie ninguna palabra con significado, muy seguramente en semanas o pocos meses después comenzara su vocabulario expresivo.
2.-Fase verbal expresiva o de vocabulario activo. Esta etapa comienza con la emisión de la primera palabra con significado o sea integrada a un objeto, acción o persona: como «agua», «tete» por tetero,»papá»,mamá». Después comenzará a aumentar el número de palabras lentamente de tal manera que entre 4 a 6 años tendrá su repertorio completo.
3.-Fase sintáctica o de desarrollo de la frase, comienza con lo que se ha llamado «palabra-frase», por ejemplo: «pan» quiere decir «quiero pan». Después siguen las combinaciones bien estructuradas de 2,3 o más palabras.
A los 6 a 7 años el niño ha desarrollado un lenguaje con menor número de errores de construcción sintáctica, siendo a esa edad normal un promedio de un error por cada frase de varias palabras.
El Médico de Niños es el primero en ser consultado cuando una madre sospecha que su hijo presenta alguna alteración del lenguaje, y tiene una alta responsabilidad poniendo en práctica una metodología simple que permita definir o sospechar un diagnóstico, ya sea favorable o desfavorable, pues el éxito de los procesos de rehabilitación es mayor mientras más precoz se haga el diagnóstico del problema y se inicien estos.
El objetivo esencial es el de detectar precozmente dos entidades principales adversas al desarrollo lingüístico: los déficits auditivos y los retrasos y alteraciones de la palabra.
Es necesario de que una vez hecha la evaluación, el Pediatra debe explicarle a los padres si lo que presenta el niño es normal y lo que hay es que esperar que alcance la suficiente maduración de sus procesos neurológicos y evolutivos de acuerdo a la tendencia familiar genéticamente determinada o si en cambio el retardo que presenta es patológico.
En cualquiera de los dos casos, se considerará la opción de referir a alguna subespecialidad que pueda ayudar para tal fin, aparte de calmar a los padres quienes deben evitar a toda costa que el niño sea etiquetado por terceras personas, cosa ésta que no ayudará de ninguna forma y lo que puede hacer más bien es producir daño, ya que este tipo de acciones afectan el desarrollo psicoafectivo de nuestro niño quien está en pleno proceso de desarrollo y crecimiento de todas sus potencialidades.
Hasta la próxima.-
Dr. Hugo Lezama Hernández
Puericultor Pediatra. Egresado de La Universidad de Oriente (UDO)
Miembro de la Sociedad Venezolana de Puericultura y Pediatría, Filial Bolívar
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