Naciones Unidas.- La ONU exigió este miércoles a Rusia y a Turquía que fijen un acuerdo para rebajar la tensión en el noroeste de Siria y evitar una escalada de las hostilidades aún mayor que pueda tener consecuencias devastadoras.

Según el enviado de Naciones Unidas para Siria, Geir Pedersen, pese a los contactos al más alto nivel entre Moscú y Ankara, los mensajes que llegan de ambos lados apuntan a que existe un «riesgo inminente» de que la confrontación en la zona empeore.

Pedersen se pronunció así después de que el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, advirtiera de la inminencia de una operación de su Ejército en la provincia siria de Idlib, una posibilidad que el Gobierno ruso consideró como «el peor escenario».

Rusia, que apoya al régimen sirio de Bachar al Asad, y Turquía, que respalda a los rebeldes, han tratado hasta ahora sin éxito de negociar un acuerdo sobre Idlib, el último bastión opositor y que es objetivo de una gran ofensiva de Damasco.

Según la ONU, las dos potencias, que anteriormente habían patrocinado un cese de las hostilidades en la zona, «pueden y deben tener un papel clave» para reducir la situación ahora.

Pedersen reiteró los llamamientos a un alto el fuego inmediato hechos por el secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, y advirtió de la crisis humanitaria que están generando los combates.

En ese sentido, subrayó que las hostilidades se acercan ahora a zonas muy pobladas como la ciudad de Idlib, donde se han refugiado multitud de civiles desplazados de otras partes de Siria.

«El potencial para un mayor desplazamiento masivo y un sufrimiento humano aún más catastrófico es claro, con un número cada vez mayor de gente atrapado en un espacio cada vez más reducido», señaló.

 

EFE

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