Jerusalén.- A pocas horas del fin del plazo esta medianoche del centrista Yair Lapid para formar ejecutivo en Israel, el bloque de formaciones opositoras sigue negociando esta mañana cerrar un acuerdo definitivo para un «Gobierno del cambio» que desbanque del poder al actual primer ministro, Benjamín Netanyahu.

Tras una larga jornada de negociaciones el martes en un hotel cerca de Tel Aviv, los principales partidos opositores siguieron negociando por la noche y esta mañana los últimos detalles para encajar la coalición, que saque del bloqueo político de más de dos años al país.

Lapid, líder del partido Yesh Atid, tiene de plazo límite hasta la medianoche para comunicar al presidente, Reuvén Rivlin, que ha podido crear el ejecutivo entre el hetereogéneo «bloque del cambio».

Anoche, su formación y el centro-derecha Azul y Blanco, de Beny Gantz, alcanzaron un acuerdo definitivo y ahora solo quedaría establecer pactos finales con el partido islamista Raam, el derechista Nueva Esperanza y el ultranacionalista Yamina, que lidera Naftali Benet.

Según se prevé, Benet sería primer ministro en un Gobierno rotatorio durante los dos primeros años, y Lapid le reemplazaría en los dos siguientes.

El nuevo Ejecutivo estaría compuesto por una amplia amalgama de partidos de todo el espectro político -desde la izquierda hasta la extremaderecha-, unidos por su intención de echar a Netanyahu, que ha gobernado Israel como primer ministro en los últimos 12 años.

Uno de los escollos para alcanzar un acuerdo es la voluntad de la número dos de la lista de Yamina, Ayelet Shaked, de ocupar el lugar de la líder laborista, Merav Michaeli, en el comité de nombramientos judiciales, informó esta mañana la emisora pública Kan.

Este asunto, principal obstáculo que entorpeció el avance de las negociaciones ayer, podría retrasar el anuncio final de un pacto que sigue sin aclararse esta mañana, según el digital Times of Israel.

Según Kan, a primera hora de la mañana también quedaban cuestiones por cerrar con Raam, que mediante su integración en el Gobierno o su respaldo externo haría que la coalición anti-Netanyahu obtuviera la mayoría requerida de al menos 61 escaños en un Parlamento de 120.

De conformarse la creación de Gobierno, esto acabaría con más de dos años de bloqueo político y relegaría a la oposición a Netanyahu.

De no lograrse, el mandato para formar Ejecutivo podría pasar directamente a la Cámara, en la que cualquiera de sus miembros tendría tres semanas para intentarlo -incluido de nuevo Netanyahu- y evitar así unos quintos comicios generales en poco más de dos años.

 

EFE

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