El primer ministro húngaro, Viktor Orbán, dijo este jueves que «no hay razones» para que la Unión Europea negocie la adhesión de Ucrania, porque no ha cumplido los requisitos que le pide la Comisión Europea para poder iniciar las negociaciones con Kiev.
«La ampliación no es un tema teórico. La ampliación es un proceso basado en méritos y legalmente detallado que tiene condiciones previas. Hemos establecido siete condiciones previas e, incluso con la evaluación de la Comisión (Europea), tres de siete no están cumplidas. No hay razón para negociar ahora la membresía de Ucrania», dijo Orbán a su llegada a la cumbre.
La reunión empezó más tarde de lo previsto porque el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, el de Francia, Emmanuel Macron, y el canciller alemán, Olaf Scholz, se reunieron con Orbán para tratar que levante su veto a las negociaciones de adhesión y a los 50.000 millones de euros que Bruselas ha prometido a Ucrania.
«Tenemos una postura que vamos a plasmar», dijo sin embargo Orbán, cuando se le preguntó si existe la posibilidad de un compromiso, y pidió que el debate sobre el inicio de las negociaciones con Ucrania se celebre cuando Kiev haya cumplido con todas las condiciones.
La Comisión Europea dijo en noviembre que Ucrania ha cumplido ya con el 90 % de las reformas que le ha pedido para iniciar las negociaciones de adhesión, por lo que recomendó a los líderes europeos que acepten el inicio de las conversaciones con Kiev.
El primer ministro húngaro se mostró también en contra del paquete de ayuda de 50.000 millones de euros a Ucrania para el periodo 2023-2027 propuesto por la Comisión Europea, que lo enmarca en la revisión del presupuesto comunitario plurianual para esos cuatro años con el fin de hacer la asistencia financiera a Kiev más predecible.
Fuera del presupuesto
Orbán defendió que si se quiere dar ayuda a Ucrania «a largo plazo y en sumas más grandes», esta asistencia financiera debería situarse «fuera del presupuesto» comunitario y Budapest lo apoyaría, pero argumentó que «a corto plazo» ya hay ayuda presupuestada para Kiev por lo que no es necesario tomar ninguna decisión adicional ahora.
En este sentido, el político ultranacionalista subrayó que el año que viene hay elecciones al Parlamento Europeo y sugirió que debería esperarse a la elección del «nuevo liderazgo» europeo para decidir sobre la ayuda a partir de 2024.
Hungría es único país que se opone al paquete de ayuda a Ucrania para los próximos cuatro años, pero podría vetar por sí sola la iniciativa, ya que esta necesita el apoyo unánime de los Veintisiete.
Pero en los días previos a la cumbre varias fuentes diplomáticas apuntaron que este veto podría sortearse sacando la ayuda del presupuesto y usando una fórmula intergubernamental para financiarlo para que no sea necesario el apoyo de Budapest, por ejemplo, prolongando el programa de asistencia financiera vigente para 2023 por el que se captan fondos en los mercados con garantías aportadas por cada Estado miembro.
Orbán rechazó además que su Gobierno esté vinculando su apoyo a la adhesión y las ayudas para Ucrania al desbloqueo de todos los fondos europeos que tienen congelados por sus deficiencias en materia de Estado de Derecho.
Unidad
La Comisión Europea desbloqueó ayer 10.200 millones para Budapest tras avalar su reforma para mejorar la independencia judicial, pero mantiene bloqueados otros 21.000 millones de diferentes partidas.
Por el contrario, el resto de líderes insistieron en la necesidad de adoptar un paquete de ayuda financiera para enviar un mensaje de unidad en el apoyo a Kiev, y rechazaron vincularlo con las demandas húngaras.
“Es importante que aquí se envíe una clara señal de apoyo, una señal que se dirija a los ciudadanos y ciudadanas valientes de Ucrania que protegen su país y una señal que también se dirija al presidente ruso, que debe saber que no puede contar con que la UE y sus Estados miembros se relajen en el apoyo a Ucrania”, dijo Scholz, tras su reunión con Orbán.
«Mantener la unidad es crucial y no quiero entrar en una especie de lógica de bazar, donde intercambiemos una cosa por otra. Esto va de la seguridad de Ucrania, del apoyo militar y financiero, y otras discusiones, por ejemplo sobre el Estado de Derecho en Hungría, no tienen nada que ver con esto», afirmó el primer ministro belga, Alexander De Croo.
«No podemos aceptar chantajes», apuntó por su parte el primer ministro finlandés, Petteri Orpo; mientras que el irlandés Leo Varadkar insistió en que «si Ucrania no tiene el apoyo continuado de la UE y EE.UU., (el presidente ruso Vladímir) Putin ganará y todas las consecuencias se expandirán al resto del mundo».
«No estamos preparados para rendirnos aún», sentenció la primera ministra estonia, Kaja Kallas.
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