Dirigentes del PCV
Militantes del Partido Comunista de Venezuela (PCV) fueron registrados este lunes, 10 de julio, al exigir la intervención de su colectividad en rechazo a las nuevas directivas, en las inmediaciones del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), en Caracas (Venezuela). EFE/Miguel Gutiérrez

El Partido Comunista de Venezuela (PCV) pidió a Nicolás Maduro -investido para un tercer mandato, tras su cuestionada reelección- liberar a los «cientos» de ciudadanos que, según la formación, los detuvieron «arbitrariamente» luego de los comicios presidenciales del pasado julio, «tal como hizo» con los seis estadounidenses entregados el pasado viernes al enviado especial del presidente Donald Trump.

«Si se liberaron a esos ciudadanos que (…), según el Gobierno, estaban implicados en planes conspirativos, también deben liberarse a cientos de venezolanos y venezolanas que hoy están presos por protestar», dijo Yul Jabour, miembro del PCV.

Según cifras oficiales, alrededor de 2.400 personas las aprehendieron en el contexto de crisis desatada tras el controvertido triunfo de Maduro, de las que «casi 1.900» los han excarcelados «con medidas cautelares», de acuerdo a la Fiscalía.

Jabour rechazó que, mientras se liberan a ciudadanos extranjeros, hoy «venezolanos y venezolanas» sigan «presos sin que se les pueda garantizar sus derechos», como tener -señaló- una «asistencia jurídica debida».

Liberación de seis norteamericanos

A ls seis norteamericanos los liberaron el pasado viernes tras la visita a Caracas del enviado especial de Trump, Richard Grenell, quien se reunió con Maduro, y ese mismo día regresaron a su país en un avión junto al funcionario estadounidense, lo que inmediatamente celebró el gobernante republicano.

Jabour criticó que estas liberaciones se hayan dado «sin que se dé una información real al pueblo venezolano» sobre el porqué y «a cambio de qué», tras unas conversaciones entre delegaciones de ambos países celebradas, según el comunista, «sin explicación».

Temas en la reunión con el enviado de Trump

Luego del encuentro de Maduro con Grenell en el Palacio de Miraflores, la Administración chavista explicó en un comunicado que uno de los «diversos temas de interés para ambos países» abordados fue la situación de «ciudadanos estadounidenses incursos en delitos en territorio nacional», así como la migración y el impacto «negativo» de las sanciones económicas.

En ese pronunciamiento, Caracas expresó su disposición a mantener «canales diplomáticos abiertos» con EE.UU., país al que Maduro «planteó la construcción» de una «agenda cero para un nuevo comienzo en las relaciones bilaterales», rotas desde 2019.

Washington, que reiteró el mismo viernes que no reconoce a Maduro como presidente, había aclarado previamente que la misión de Grenell era «muy específica» y tenía como objetivo conseguir la liberación de estadounidenses detenidos, así como lograr que Caracas acepte vuelos de deportación de migrantes indocumentados, lo que Trump dijo luego que fue acordado.

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