Rusia y Birmania (Myanmar) contrarrestarán juntos el «papel destructivo» de la Corte Penal Internacional (CPI), según una declaración firmada hoy en el Kremlin por los dirigentes de ambos países, Vladímir Putin y Min Aung Hlaing.
«Estamos convencidos de que la justicia internacional debe basarse en los principios de neutralidad, justicia e imparcialidad para garantizar la resolución pacífica de las disputas internacionales», señala el documento.
Las partes expresaron también su «profunda preocupación» por los intentos de varios países occidentales de ejercer presión política sobre la Corte Internacional de Justicia (CIJ) y su «deseo de politizar el sistema de justicia internacional, abusando de sus mecanismos para fabricar acusaciones contra países del mundo multipolar».
La CPI ha emitido órdenes de arresto tanto contra Putin, por presuntos crímenes de guerra en Ucrania, como contra Hlaing, por su papel en la campaña militar contra la minoría rohinyá en 2017, investigada por la ONU por constituir un posible genocidio.
Tras las negociaciones en el Kremlin, las partes firmaron también un acuerdo sobre la construcción en Birmania de una central nuclear de baja potencia.
También se firmó un memorando de cooperación en el ámbito de la seguridad nuclear y radiológica en el uso de la energía nuclear con fines pacíficos.
En unas declaraciones a la prensa después de las negociaciones con Hlaing, Putin aseguró que las posturas de Rusia y Birmania sobre muchos asuntos mundiales de actualidad «prácticamente coinciden».
Putin subrayó que las partes desarrollan su diálogo en una serie de ámbitos, incluido el de seguridad.
Liderazgo de Moscú
El dirigente birmano, por su parte, destacó el liderazgo de Moscú en «tecnologías militares».
Hlaing también se mostró hoy convencido de la victoria del Ejército ruso en Ucrania. «La victoria será rusa», dijo.
«Esta es mi undécima visita a Rusia. Esto demuestra que Rusia es un país amigo (…) Cuando vengo aquí, no me siento como un invitado, me siento como si estuviera en casa», señaló.
Rusia y Birmania han estrechado en los últimos años su cooperación, que se ha intensificado durante los tres años de guerra en Ucrania, incluyendo suministros militares al país asiático, según la ONU, y otros proyectos de inversión como el puerto de Dawei.
El Ejército birmano, que adquiere gran parte de su armamento de Rusia, afronta desde hace tiempo una crisis de efectivos y de pérdida de terreno, ante la respuesta de la resistencia surgida tras la asonada, que hizo que miles de jóvenes sin experiencia bélica se lanzaran a la lucha armada formando milicias prodemocracia.
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