Madrid, España. Los pterosaurios, los primeros reptiles evolucionados para volar, dominaron los cielos durante 150 millones de años hasta su extinción hace unos 66 millones de años, pero cómo adquirieron esa capacidad única sigue siendo un misterio.
Hoy, un estudio liderado por los investigadores de la Universidad Tecnológica de Virginia, Sterling Nesbitt y Michelle Stocker, reconstruye la historia evolutiva de estos primeros voladores y apunta a que su origen está en los lagerpetids, que son los parientes más cercanos de los pterosaurios.
El estudio, publicado este miércoles en Nature, ser realizó con la ayuda de todos los cráneos y huesos del registro fósil descubiertos en los últimos 200 años.
Los investigadores creen que los fósiles de Dromomeron gregorii, una especie de lagerpetid hallada por primera vez en Texas entre 1930 y 1940, no fueron bien catalogados hasta 2009.
Una investigación más profunda de los restos hallados en esa excavación -principalmente partes de un cráneo bien conservado- reveló que estos reptiles tenían buen sentido del equilibrio y que probablemente eran animales ágiles.
Tras encontrar más especies de lager en Sudamérica, los paleontólogos pudieron crear una imagen bastante precisa de ellos: pequeños reptiles sin alas que vivieron en Pangea (el gran supercontinente que existió al final de la era Paleozoica) durante gran parte del período Triásico, entre 237 y 210 millones de años atrás.
Estos hallazgos, sumados al descubrimiento de muchos cráneos, extremidades y vértebras de lager en los Estados Unidos, Brasil, Argentina y Madagascar, en los últimos 15 años han permitido a cinco grupos de investigación de seis países y tres continentes revistar y corregir algunos errores en la historia evolutiva del pterosaurio.
El hallazgo de esos nuevos fósiles fue fundamental para reconstruir el árbol genealógico de los pterosaurios y emparentarlos con los lagerpetids y no con los dinosaurios, ya que, según los paleontólogos, ambos grupos comparten muchas más similitudes de las que se ven a simple vista.
Para hacer el estudio, los investigadores utilizaron tomografías microcomputarizadas, lo que permitió reconstruir los cerebros y sistemas sensoriales dentro de los cráneos recientemente descubiertos y determinar que lagerpetids y pterosaurios eran muy parecidos.
«La tomografía computarizada ha revolucionado la paleontología. Algunos de estos delicados fósiles fueron hallados hace casi 80 años, y en lugar de cortar -y destruir- el primer cráneo conocido de Dromomeron, fuimos capaces de usar esta tecnología para reconstruir cuidadosamente la anatomía del cerebro y del oído interno de estos pequeños fósiles para ayudar a determinar los primeros parientes de los pterosaurios», destaca Stocker.
El análisis permitió descubrir que los lagerpetids no voladores ya habían desarrollado algunas de las características neuroanatómicas que permitieron a los pterosaurios volar.
«Este estudio es el resultado de un esfuerzo internacional que aplica tanto técnicas tradicionales como de vanguardia», subraya Martín D. Ezcurra, investigador del Museo de Ciencias Naturales de Buenos Aires (Argentina) y autor principal del estudio.
También es «un ejemplo de cómo la ciencia moderna y la colaboración pueden arrojar luz sobre cuestiones que persiguieron a los paleontólogos durante más de un siglo», añade.
El estudio ayudará a cerrar las brechas anatómicas y evolutivas que existen entre los pterosaurios y otros reptiles pero, a la vez, abre un marco completamente nuevo para el estudio del origen de estos reptiles y sus capacidades de vuelo.
«El vuelo es un comportamiento fascinante que evolucionó múltiples ocasiones durante la historia de la Tierra. Proponer una nueva hipótesis de sus relaciones con otros animales extintos es un gran paso adelante en la comprensión de los orígenes del vuelo del pterosaurio», explica Serjoscha W. Evers, de la Universidad de Friburgo.
EFE noticias
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