Longwy, Francia. El esloveno Tadej Pogacar, vencedor de la sexta etapa del Tour de Francia y nuevo líder de la general, reconoció que echaba un poco de menos el maillot amarillo, con el que entró en París en las dos últimas ediciones, pero dijo que no le obsesiona mantenerlo cada día.

«No me esperaba esta victoria, pero el equipo ha creído en mi y ha hecho un gran trabajo para que pudiera lograrla en el final. Hemos preparado esa llegada y he visto que había oportunidad de atacar, por eso lo hice», dijo el corredor del UAE, que ahora tiene una renta de cuatro segundos sobre el estadounidense Neilson Powless y de 31 con el danés Jonas Vingegaard, segundo de la pasada edición.

Precavido y cauteloso pese a su posición

El ciclista del UAE aseguró que no siente que el Tour esté ya ganado, pero indicó que afronta lo que resta en buena situación. «Tengo confianza en mi, estos seis primeros días me siento bien, las diferentes etapas han ido bien, incluido los pavés, pero mañana llega el primer gran test y voy a tratar de estar también a la altura», dijo.

El esloveno se reencontrará con La Planche des Belles Filles, el escenario donde en 2020 cimentó su primer Tour.

«Me trae buenos recuerdos, pero para mi lo más importante es que mañana mi familia estará en la carretera. Por eso estoy deseando que llegue la etapa», indicó.

«No cambia mucho que corra esa etapa vestido de amarillo. Tenemos un buen equipo, pero si hay una escapada larga y nos quitan el liderazgo, no será un desastre», señaló.

Sin obsesionarse

Pogacar indicó que no van a obsesionarse con mantener cada etapa el amarillo, para no desgastar al equipo y aseguró que el objetivo es tenerlo en París.

«Vamos a ver qué pasa cada día, si hay una escapada no vamos a desgastar a todo el equipo. Pero mañana es una etapa importante y yo tengo ganas de mantener el amarillo y conservarlo el mayor tiempo posible», comentó.

Efe deportes

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