Ciudad Guayana.- A juicio de la clase trabajadora de Ciudad Guayana, el aparato productivo en Venezuela no petrolero del país enfrenta un gran desafío.

Es que en los últimos años los trabajadores han venido denunciando no solo el incumplimiento del contrato colectivo, sino el abandono de las empresas de la zona por parte del Estado. 

La mayoría de los emporios industriales de Guayana están paralizados, pues su producción bajó considerablemente.

Para Miguel Ekar, secretario de cultura y propaganda del Sindicato de Trabajadores de Alcasa (Sintralcasa), se necesita una transformación económica y política del país para garantizar inversionistas, que apuesten por la recuperación de las empresas del holding CVG.

Recuerda que Alcasa tenía una capacidad de 210 toneladas al año de producción y comercialización de aluminio.

Eckar critica que 187 mil toneladas en 2007, fue lo último que se logró producir la reductora del aluminio en Ciudad Guayana.

 

“Cuando  llega el Movimiento 21 en 2011 comienza la debacle de CVG Alcasa. Recibieron 156 celdas operativas y hoy cierra esa línea, que tenía una capacidad instalada de 396 celdas”, asevera Ekar.

En cuanto a CVG Venalum, Fernando Serrano, dice que la empresa tenía una capacidad instalada de 420 mil toneladas anuales “la punta de lanza económica después del petróleo era Venalum”.

Serrano, quien es secretario de Reclamo y Trabajo del Sindicato Único de Trabajadores del Aluminio (Sutralum) informa que hoy 905 celdas están apagadas, es decir, la realidad que asoma es una empresa inoperativa.

“Para poner a funcionar una celda, solo en revestimiento, se necesita $ 250 mil por 905 celdas sin meter la mano de obra”, explica Serrano.

Asimismo recuerda que cerraron los comedores, transporte y todos los beneficios de los trabajadores, que hasta la actualidad reclaman.

Serrano califica a la empresa de hoy “como un cementerio lleno de chatarra y la única forma de cambiar esta realidad es que haya un cambio político”.

Luego de 4 millones 300 mil toneladas métricas, de acero líquido, que se producían en Sidor, hoy llega a 0 %, asegura Ángel Bolívar, empleado de Sidor. 

Bolívar opina, que para levantar la empresa también se depende del río Orinoco, que tiene un dragado inactivo, afrontar un sistema hidroeléctrico deficiente y el sistema de gas actualmente funcionando a medias.

En relación a CVG Ferominera Orinoco (FMO), Degrain Marichales, miembro del Sindicato del Trabajadores de Ferrominera (Sintraferrominera), declara que hace ocho años la empresa producía 23 millones toneladas de hierro, hoy apenas llega a 1 millón de toneladas.

“Hicieron un desfalco total con todo el parque automotor. Después de tener 35 locomotoras en estos momentos solo tres hacen el trabajo”, cuenta. 

Toda la clase trabajadora de Guayana se mantienen solicitando medidas a quienes llevan la tutela de las industrias, que les permitan solventar lo que han venido reclamando.

Es decir, cumplimiento de sus beneficios laborales, lo que ha generado conflictos porque se han ignorado sus peticiones.

Para nadie es un secreto que en los mejores años de las empresas básicas, todos sus trabajadores gozaban de altos salarios, HCM, transporte, comedor, planes vacacionales, pago de colegiatura y útiles escolares, y demás beneficios para su grupo familiar.

Ady Fernández es una madre trabajadora de la Corporación Venezolana de Guayana (CVG) y menciona que el presidente de la empresa, Pedro Maldonado, los dejó sin beneficios.

“Pedro Maldonado nunca nos ha querido atender, le digo que dé la cara a los trabajadores. Nos diga porque nos ha dejado por fuera”,concluye.

Dirigencia sindical de las empresas del holding CVG. Fotos: Níger

Por Yessika Muñoz

 

 

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