Nueva York, Estados Unidos. La cantante chilena Claudia Acuña, la primera mujer en ser nominada a un Latin Grammy en la categoría de mejor álbum de Jazz, habló en una entrevista con Efe, aunque con cierto optimismo, de las dificultades a las que se enfrentan los músicos en su ciudad de residencia, Nueva York, que ha sido duramente golpeada por la pandemia.

«Al final siempre los artistas hemos sido en la historia del mundo esa tribu que siempre sale a flote. Salimos siempre independientemente de lo que estemos pasando (…) porque amamos lo que hacemos y nos alimentamos de ver a la gente como disfruta de lo que hacemos», dijo Acuña durante una conversación virtual desde su casa de Brooklyn.

La chilena, que acaba de lanzar el videoclip de su canción «Agüita de corazón», aseguró que el sector de la música y de las artes de la Gran Manzana, y de todo el mundo, «está tratando de reinventarse y de sembrar nuevas semillas», para lo que solicitó el apoyo de los gobiernos, a los que también señaló como culpables de que la pandemia se está alargando más de lo previsto.

«Creo que todos teníamos la ilusión de que esto iba a pasar, y lamentablemente, como nos vamos dando cuenta, este virus no va a pasar tan pronto como quisiéramos. Mucha culpa la tienen ciertos líderes que no han sabido tener la empatía ni la seriedad ni el compromiso de guiar a una sociedad», opinó Acuña.

«Como acá, gracias a este caballero que se hace llamar presidente y que ha hecho nada. Se ha ‘farreado’, como diríamos en Chile, 4 años», agregó la artista en referencia al presidente de EE.UU., Donald Trump.

Precisamente, Acuña espera hacer lo contrario con su música, y pretende ayudar a que las personas se sientan acompañadas y comprendidas en un momento de soledad e incertidumbre, algo que muestra con su «Agüita de corazón».

«(La canción) quiere despertar ese minuto de reflexión y de humanidad y de compasión y de respeto hacia nosotros mismos, y a partir de eso podemos hacerlo hacia el resto. Esta agüita (como se le llama en Chile a las infusiones) de corazón transmite esa calma que nos depara y nos exige a veces la vida», explica.

El videoclip de la canción, lanzado esta semana, fue grabado durante su último viaje a Chile a principios del pasado mes de marzo, poco antes de decretarse el confinamiento en la ciudad de Nueva York, a donde pudo regresar antes del cierre de fronteras.

Filmado por Alfredo Silva, el director del primer videoclip de Acuña, la pieza fue grabada improvisadamente y en un sólo día, con pocos recursos. Incluso la cantante, que confiesa que nunca suele usar productos de belleza para su rostro, fue la encargada de maquillarse.

«Nunca más, para esas cosas hace falta un profesional», dice entre risas.

Además de lanzar su último videoclip, la chilena ha estado inmersa recientemente en su actuación en el concierto «Break the Silence», que tuvo lugar a principios de agosto en apoyo de la organización «Violence Intervention Program», que ayuda a las mujeres que son víctimas de la violencia de género, algo que ella admite que ha sufrido, aunque dice que aún le «cuesta» hablar de ello.

Se trató, como la mayoría de los eventos que suceden en la actualidad, de un evento virtual, en el que el público que había pagado por una entrada la seguía a través de una pantalla, algo que describió como «extraño, pero divertido».

«Era extraño para ellos pero también para mí. Iba observando las caras, como la gente aplaudía en silencio. Estaba tan emocionada y tan contenta que me sentía como un niño la mañana de Navidad», confesó.

«Extraño mucho cantar frente al público», dice la chilena, que tiene la intención de organizar un «tour digital» para sus seguidores, «hasta que podamos reencontrarnos».

EFE noticias

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