Santiago de Chile.- A menos de una semana de las elecciones presidenciales en Chile, el poeta Raúl Zurita, uno de los escritores más reconocidos del país y voz crítica de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990), dijo en una entrevista con Efe que esta votación «es crucial» y que Chile se juega el «todo por el todo».
Comunista de carnet y víctima de torturas durante el golpe de Estado de 1973, el poeta se declara defensor del proyecto político de Gabriel Boric, un diputado y exlíder estudiantil de izquierda afín a las protestas sociales de 2019, que este domingo se enfrenta a José Antonio Kast, un ultraderechista antiinmigración.
Zurita, que publicó este año «Sobre la noche el cielo y al final el mar», una novela autobiográfica ambientada durante el régimen militar, explicó que una victoria del ultraconservador sería «una vuelta al fascismo, un dejavú inconcebible».
Pregunta (P): ¿Se esperaba el resultado de la primera vuelta presidencial, en la que Kast logró ser el candidato más votado con casi un 28 % de apoyo?
Respuesta (R): Al final, sí. Había mucho desconcierto en el país y esto es una vuelta de péndulo. En siete días, espero que emerjamos un poco más sabios, no son solamente por nuestras inquietudes de crear una sociedad mejor, sino por tanta gente que sale a la calle cada día a trabajar a la que le faltó compresión.
P: ¿Por qué cree se ha legitimado el auge de la ultraderecha?
R: Hay mucho sentimiento que ha alimentado este nuevo fascismo. Uno ha asistido a una violencia innecesaria. A veces la violencia es necesaria, pero el ensañamiento… Quemar las estaciones, fue el clima propicio para el fascismo, que resurge cuando hay una sensación de desgobierno. No se le prestó atención a esa parte, y es un sentimiento popular muy legítimo.
P: En caso de ganar, Boric lideraría una coalición entre el Frente Amplio y el Partido Comunista. Muchos hablan de «Chilezuela». ¿Se tiene, en general, más miedo al comunismo que al fascismo?
R: Claro, es terrible, pero es así. Cuando se demoniza a Venezuela, se la demoniza con razón y lo mismo con Nicaragua. Es el peso que carga la izquierda. Pero tenemos que entender que esto es una cosa de sueños. Los sueños se sumergen, se van bajo tierra y aparecen un poquito más allá. Creo que va a ganar Boric y que va a ser una gran lección, un nuevo trato con la sociedad.
P: Usted fue detenido y torturado durante la dictadura. ¿Qué siente cuando Kast defiende poder arrestar a gente en lugares que no necesariamente sean cárceles?
R: Eso es impresionante… El desenfado con que lo dice. Ese pinochetista está anclado entre dos mundos, como otras personas en Chile. Son un grupo irreductible. Al fascismo tenemos que combatirlo en todos los frentes, pero nunca haciéndoles lo que no nos gustaría que nos hicieran a nosotros. No les vamos a dejar ciego como a la víctimas de las protestas (de 2019), tiene que ser una lucha segundo a segundo.
P: En su última novela recurre a la memoria. ¿Cree que es importante, en un momento histórico como este, revisar el pasado?
R: Sí. Yo tengo confianza en que la gente pueda recurrir a su memoria, a la de sus padres y la de sus abuelos para que no vuelva al poder la ultraderecha. Que vuelva el fascismo a Chile es como un «déjà vu». Yo tenía 22 años en 1973, cuando fue el de Pinochet y volver a verlo, francamente, me parece inconcebible.
P: Las encuestas dan por vencedor a Boric. ¿Cree que va a ganar?
R: Sí. Si no fuera así… (titubea). Creo que será un triunfo estrecho y que va a ser una elección inolvidable. Por un lado, tenemos toda la tragedia de la dictadura, pero también la tragedia de la «pequeña gente», la de quienes salen a comprar el pan y pagan gran parte de los costos. Es terrible.
P: En Latinoamérica, pocos proyectos progresistas se han consolidado y han tenido éxito. Uruguay sería un ejemplo. ¿Cree que Boric puede dar la vuelta a esa idea demonizada que existe de la izquierda en América Latina?
R: Creo que sí. Boric es un gran introductor del pensamiento del José Mujica (expresidente uruguayo). Él tiene todas las habilidades blandas, está más comprometido con los conflictos de hoy. Entiende que hay que volver a empezar y eso es lo que necesita Chile. Hace falta un liderazgo benigno, una mirada más armoniosa, una mirada de género, dejar atrás la lógica del poder masculino y tener una sensibilidad más fina. Por eso, mi esperanza es que gane Boric.
P: Estos días ha mencionado mucho un poema del chileno Gonzalo Millán que dice «Árbol de la esperanza, que estás en el borde del abismo». ¿Qué quiere decir y qué le sugiere?
R: Sí…Pues que Chile está así siempre. Al borde la esperanza, pero apunto de derrumbarse, con la raíces que se le salen por los costados. Entonces yo, igual que Millán, le digo: «Mantente firme».
Patricia Nieto Mariño EFE
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