El esloveno Primoz Roglic (Red Bull Bora) presentó candidatura para ganar su cuarta Vuelta al imponerse en el estreno de los finales en alto, la cuarta etapa, disputada entre Plasencia y Pico Villuercas (Cáceres), de 170,4 kilómetros, donde se enfundó el maillot rojo de líder.
En un final apretado y dentro de un grupo de 8 corredores, Roglic volvió por sus fueros y demostró que se encuentra en forma después de sus caídas en la Itzulia y Tour de Francia, y que ambiciona con argumentos lograr el récord de 4 Vueltas.
El exesquiador de fondo ganó al esprint en la cima de Villuercas, a más de 1.600 metros de altitud, al belga Lennert Van Eetvelt y al portugués Joao Almeida, que encabezaron el grupo donde estaban Enric Mas, Mikel Landa, Felix Gall y Riccitello.
Un duelo numeroso que no resistieron algunos del sector de favoritos. El mexicano Del Toro y Carlos Rodríguez perdieron 51 segundos, y el ecuatoriano Richard Carapaz el más perjudicado, 1.29 minutos.
Un primer aviso de Roglic, que recuperó la sonrisa. No competía desde que se retiró en el Tour. En la cumbre extremeña firmó su etapa 13 en la Vuelta. Y tomó el bastón de mando.
Almeida le sigue a 8 segundos, Enric Mas, en clara evolución, a 32, Antonio Tiberi a 38, y dentro del top 10 Landa a 58. El defensor del título, el estadounidense Sepp Kuus se aleja a 1.14, y Rodríguez a 1.30.
Inspiración de El Piornal
Primera etapa de máxima expectación por la meta en alto en el Pico Villuercas, donde debían explicarse los favoritos. De entrada, y a balón parado, se formó la fuga subiendo el Alto de Cabezabellosa (2ª,10,1 km al 4,9%). Cinco hombres al comando, con mucha más ilusión que opciones de éxito
Los españoles Pablo Castrillo (Kern Pharma) y Bizkarra (Euskaltel-Euskadi), representando a los equipos «obligados» a la aventura diaria para justificar su invitación a la Vuelta, el francés Armirail (Groupama), el belga Moniquet (Lotto Dstny) y el italiano Zana (Jayco-AlUla) se echaron al monte desafiando los 38 grados que marcaba el termómetro.
Coronó en cabeza Moniquet, quien repitió al mando del quinteto en el Piornal (1ª, 13,9 km al 5,6), segundo puerto de los cuatro de la jornada. El belga se puso de líder virtual de la montaña, heredando el maillot de puntos que lució el «lince» Maté en la salida.
Una salida que se tomó en Plasencia, localidad natal del popular cantante Roberto Iniesta, líder de Extremoduro, en cuyo último disco se inspiró en el Piornal para el tema «Viajando por el interior».
«Como te vuelva a ver llorando por no haber obedecido a tus pulsiones, te llevaré al Piornal para que veas el mar con mis mejores intenciones».
Robe quedó maravillado con las vistas del cielo nocturno desde lo alto del Piornal, cima que estrenó Evenepoel en su Vuelta triunfal de 2022, y que inspiró a los escapados de la cuarta etapa de la Vuelta, la primera cien por cien en suelo español tras el periplo de 3 días por Portugal.
Roglic toma la iniciativa y el maillot rojo
Los 40 grados y los kilómetros terminaron con las atrevidas ilusiones del quinteto en fuga, pero a plazos. Tras coronar Miravete (3a, 8,4 km al 6,2) cedieron Bizkarra, Moniquet y Zana, mientras que Armirail y Castrillo vivieron sus momentos de gloria escapados hasta que sacaron bandera blanca a 5,1 km de meta, coincidiendo con el brutal tramo del 20 por ciento.
Los hombres de Roglic habían despojado del maillot rojo a Van Aert, fulminado. Por delante, en el horizonte lejano, el Pico Villuercas, todo un primera de 14,6 km al 6,2 de media, pero con tramos del 20. Un examen para despejar muchas incógnitas, donde se coronó el francés Bardet en 2021.
Carretera estrecha, otro escenario. UAE atacó con Sivakov, y Roglic apareció en primera persona, marcando el ritmo y eligiendo rivales. El triple ganador de la Vuelta hizo la selección, a la que se apuntó un ambicioso «y nuevo» Enric Mas, peleando siempre entre los mejores. Aguantaron el tirón del esloveno Van Eetvelt y el asustríaco Gall, y luego se uniron Almeida y Landa.
El alavés, que llegó de un segundo grupo, incluso se permitió el lujo de atacar cerca de meta, pero las fuerzas no respondieron. Con el grupo elegido el primero en atacar a 600 de meta fue Gall, pero no se despegó.
Roglic estaba ante una llegada de esas hechas a la medida. Ajustada al mejor corredor de la historia de la Vuelta.
Y Roglic, frío y calculador, a pesar del calor, atacó a escasos metros de la meta, justo para frenar el ímpetu de Van Eetvelt, la revelación, y para volver a la gloria de lucir la camiseta rojo.
Fue la victoria 85 para el esloveno, la quinta de la temporada, después de la últimas del Dauphiné, antes de entrar en fase de desgracias.
Este miércoles se disputará la quinta etapa entre Fuente del Maestre y Sevilla, de 177 km. Los esprinters de nuevo a escena.
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