EFE/EPA/JOHANNA GERON / POOL

Moscú/Kiev.- Rusia advirtió hoy a la OTAN de que el ingreso de Finlandia no fortalecerá la seguridad del bloque, ya que obligará a Moscú a adoptar «contramedidas», mientras Kiev se congratuló de la ampliación de la Alianza Atlántica con la vista puesta en su futura adhesión.

«Cualquier amenaza en nuestra dirección será rechazada», aseguró Serguéi Riabkov, viceministro de Exteriores ruso, a la televisión pública.

En cuanto al conflicto militar, Moscú cree que la adhesión nórdica es un paso más en la actual escalada instigada por Occidente en Ucrania, quien ve a la OTAN como la mejor garantía para su seguridad.

UNA OTAN MENOS SEGURA

«Todo será calibrado en consonancia con la coyuntura cambiante. Su seguridad (de Finlandia y Suecia, este último que espera su ingreso) no se reforzará, la seguridad de la Alianza Atlántica en general tampoco se fortalecerá», aseguró Riabkov.

Moscú acusó a Helsinki de caer presa de la «rusofobia», anteponer los intereses de Occidente a los propios y de sacrificar definitivamente su independencia.

Recordó que «la política de no alineación militar» había servido durante mucho tiempo a los intereses nacionales de Finlandia y había sido «un importante factor de confianza en la región del mar Báltico y en el continente europeo en su conjunto».

Por su parte, el ministro ruso de Defensa, Serguéi Shoigú, reconoció que «todo esto -la implicación occidental en el conflicto sumado a la ampliación de la OTAN- «crea riesgos de una expansión significativa del conflicto, pero no afectará al resultado de la operación especial».

Aunque Exteriores pronosticó un deterioro de las relaciones bilaterales, el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, aseguró que el caso de Finlandia difiere rotundamente de las aspiraciones de Ucrania a ingresar en el bloque euroatlántico.

«La situación con Finlandia dista radicalmente de la de Ucrania. Finlandia nunca ha sido una anti-Rusia y no ha habido contenciosos», explicó.

CONTRAMEDIDAS EN MARCHA

Nadie ha precisado cuáles serán las primeras medidas de respuesta, aunque el viceministro de Exteriores, Alexandr Grushkó, aseguró que Moscú no puede ignorar «la nueva realidad político militar», ya que la OTAN ha duplicado su frontera con Rusia, que comparte 1.300 kilómetros de demarcación fronteriza con Finlandia.

Grushkó aseguró a la agencia TASS que la elaboración de esas medidas de reacción, que incluirían el fortalecimiento del potencial militar en el flanco occidental ruso, ya está en marcha.

El Kremlin adelantó que habrá «contramedidas», aunque si los aliados incrementan su actividad en la región, entonces Moscú adoptará medidas adicionales «técnico-militares».

Todos se adhirieron a pies juntillas a las afirmaciones pronunciadas hace casi un año por el presidente ruso, Vladímir Putin, de que el ingreso finlandés no representa una «amenaza directa», a no ser que Helsinki acepte el despliegue de infraestructura de la OTAN en su territorio.

CARTA NUCLEAR

Aunque Riabkov fue aún más lejos al recordar que la doctrina de disuasión nuclear sigue vigente y que al suspender la aplicación del último tratado de desarme con EEUU, el START III o Nuevo START, Moscú ha recibido «posibilidades adicionales» para garantizar su propia seguridad.

También aludió al reciente acuerdo para el despliegue de armas nucleares tácticas rusas en Bielorrusia, cuyos especialistas comenzaron el miércoles su entrenamiento, aunque los silos no estarán terminados hasta julio.

«Nuestros adversarios deben aceptar con realismo lo que ocurre a su alrededor. No apuesten por una escalada, no nos provoquen, ya que la cosa puede acabar con tales giros…», aseguró.

El diplomático subrayó que Rusia tiene «los recursos militares» y «la voluntad política» para defender su soberanía y rechazar cualquier amenaza contra su integridad territorial.

UCRANIA VE MÁS CERCA EL INGRESO

El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, no dudó en felicitar a Finlandia por su ingreso, alegría más que justificada, ya que confía en que esta ampliación acerque un poco más el objetivo de Kiev de entrar a forma parte de la Alianza, cuyo primer paso podría ser la próxima cumbre de Vilna.

«La OTAN se ha convertido en la única garantía de seguridad efectiva en la región ante la agresión rusa», proclamó.

Mientras el ministro de Defensa, Oleksii Réznikov, consideró que «Europa es hoy más segura», el jefe de la diplomacia ucraniana, Dmytro Kuleba, viajó raudo a Bruselas.

A la Unión Europea y la OTAN les pidió acelerar tanto la producción como el suministro de munición para garantizar al éxito de las próximas contraofensivas, además de recordarles los planes de Kiev de convertirse «en un miembro de pleno derecho de la OTAN», como Finlandia.

Tras su reunión con el secretario de Estado de EEUU, Antony Blinken, Kuleba adelantó en Twitter que «más ayuda militar está en camino para ayudar a Ucrania a liberar más territorio de la ocupación rusa».

Precisamente, Kiev aseguró hoy haber rechazado los últimos ataques rusos en el bastión de Bajmut (Donbás), donde los mercenarios del Wagner avanzan hacia el oeste, donde se concentran los defensores ucranianos de la urbe.

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