
En las calles del sector Santiago Mariño, a un lado del sector Vista Sol en San Félix, una vieja problemática sanitaria persiste como un mal que parece no tener solución.
Durante más de dos décadas, los habitantes han soportado la constante expulsión de aguas fecales que brotan de las bocas de visita, generando un ambiente insalubre y contaminado.
A escasos metros de la Escuela Municipal Antonio Pinto Salinas, donde también funciona un Simoncito, una boca de visita lleva aproximadamente 18 años expulsando aguas residuales sin que ninguna autoridad logre erradicar el problema.
Por una de las alcantarillas que descienden desde la Ruta I hacia la calle 7, cruce con la 70, corren mezclas de materia orgánica que invaden el entorno.
Para los vecinos, aquel hedor nauseabundo es una constante con la que han aprendido a convivir, aunque ello contamina incluso sus viviendas y espacios de esparcimiento.
Un problema de nunca acabar
Las principales vías del sector Santiago Mariño están prácticamente intransitables, llenas de baches que complican el tránsito diario.
Pedro Alcántara, habitante del barrio, cuenta que los apagones frecuentes los sumergen en una agonía diaria.
A este contexto de abandono sanitario y eléctrico, se suma una amenaza aún más grave, los brotes de dengue hemorrágico que afectan a la comunidad.
Según denuncian, la presencia constante de plagas se debe en parte a la cárcava entre las rutas I y II de Vista Sol, de donde provienen gran parte de los insectos que invaden las casas.
El panorama en Santiago Mariño es el reflejo de años de olvido y falta de respuestas. Los vecinos esperan no solo medidas para erradicar las aguas negras y mejorar las calles, sino también atención inmediata para garantizar salud y bienestar en una comunidad que lleva demasiado tiempo sufriendo.
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