Bladimir Martínez Ladera
Fotos. Wilmer Barrero

 

Ciudad Guayana.- A  orillas de la carretera del sector Sierra Caroní, vía El Pao, funciona la Orquesta Sinfónica Pozo Verde. El sitio pasa desapercibido de visitantes y turistas, a pesar de un letrero hecho a mano con pintura de color negro que intenta atrae la mirada de los mortales.

Es un trabajo titánico para Marílena Valvano directora del núcleo y sus dos hijas. Estas personas han hecho posible que la agrupación se consolide y que sea parte de la Fundación Musical Simón Bolívar, Sistema Nacional de Orquesta y Coro Infantil Juvenil de Venezuela.

Una mujer con espíritu de niña y con 20 años de trabajo en la parroquia Pozo Verde, italiana de nacimiento.  Su trabajo es la salud, es médico naturista, trabaja con infusiones de plantas, también sabe de apicultura, cultiva miel en su casa.

Maryam Amaya y María Luciana Amaya Valvano, tienen 19 años. La primera estudia comunicación social y la segunda ingeniería civil en la Universidad Católica Andrés Bello-Ciudad Guayana.

Desde 2010 vienen trabajando con la orquesta. Se iniciaron en una choza, después pasaron a la gallera, estuvieron debajo de una mata de mango y por último se instalaron en la casa de los salesianos.

La familia Amaya Valvano, vive en El Dique. Marilena dice que habló con el padre Stanislao, a éste le pidió el espacio, solo tuvieron que reunir a la comunidad y todos acordaron que la sinfónica funcionara en la casona de los curas.

Marilena, directora de la escuela de música, tiene 20 años trabajando con los niños y adolescentes

Refracción del techo

“Cuando nos posesionamos del lugar, iniciamos las refracciones del techo, nos lo regaló Alcasa. Para nosotros no es fácil, poco a poco lo estamos reconstruyendo y de aquí en adelante nadie nos va a sacar”.

En marzo, el hampa visitó la sinfónica. Se llevó 16 cuatro, 1 violín y 1 viola, los afectados fueron los niños. Dice la directora que estos “lloraron por sus instrumentos”.

Son 150 estudiantes de cuatro años en adelante,  acuden unos 70 aproximadamente. El problema del transporte es uno de sus peores enemigos.

Por la zona transitan muy pocos vehículos de pasajeros. Los caseríos están alejados, el efectivo es otro problema para los muchachos que deben asistir de manera puntual a la escuela de música.

Las clases se dictan de lunes a viernes en horas de la tarde, mientras que el día sábado, es todo el día. “Tenemos un grupo de alma llanera que dirige Gefferson y Adrián, pero necesitamos un profesor de arpa”.

La sinfónica pertenece al Sistema Nacional de Orquesta, cuatro de los profesores están en nómina y cuentan con seis obreros para las tareas diarias.

 

Cuando ingresas a la escuela, te invitan a seguir las siete notas musicales, cada escalón la identifica

Dificultad

Velvano, dijo que la dificultad comenzó cuando a los profesores se les hacía difícil trasladarse desde San Félix, hasta esta comunidad, “entonces tuvimos que comenzar nosotros y nos aventuramos”.

Solo cuentan con la ayuda del sistema, no tienen apoyo del gobierno nacional, mucho menos de la gobernación, tampoco de la alcaldía de este municipio.

“La cultura de la gente que vive en estos caseríos, es muy diferente a las personas que residen en la ciudad, aunque no es nada del otro mundo y algo que no se pueda dominar”, exclamó.

Ciertamente, “llegó un momento en que la gente pensó que este proyecto se iba a derrumbar. No fue así, con la ayuda de mis dos hijas y otros chicos decidimos seguir adelante”.

La Orquesta Sinfónica Pozo Verde, ha estado presente en varios conciertos en San Félix, Upata, Pozo Verde y Vista al Sol. Para este sábado en horas de la mañana se tiene previsto homenajear a las madres.

Aún, falta mucho por hacer, sin embargo, se requiere del apoyo de las instituciones gubernamentales y sector privado que deseen apadrinar a los niños.

La sede de la agrupación necesita de refracciones, pintura, aulas de clases, inmobiliario e instrumentos musicales, además, seguridad.

Cada interesado escoge el instrumento de su preferencia,la exigencia es tener deseo y perseverancia

Niños y jóvenes con talento musical

Entre los destacados músicos están Gabriela Gómez, Jesús Rodríguez, María Emilia Rodríguez, Maryam Amaya y María Liciana, entre otros que integran la orquesta juvenil e infantil.

Ariana Duerto, apenas está comenzando. Estudia segundo año en el Liceo Clorindo Manuel Pareles y toca flauta trasversa, “me llamó la atención, tengo conocimiento de flauta dulce”.

Alberny Marcano, es estudiante de segundo año y tiene 7 años en la sinfónica, ella dice que la flauta trasversa es un instrumento más avanzado. “Son dos tipo de flautas, la dulce y la trasversa”.

Igual toca las maracas, cuatro y canta música llanera. Fue contratada para dar clases en la escuela Ramón Valecillo de Quebrada Honda. Estudia cuarto año en Pozo verde.

Orquesta sinfónica Pozo Verde, también está un grupo del alma llanera 

Despiece…

Un reto

Para los niños y jóvenes que integran la agrupación es un reto, el mismo comienza desde que salen de sus casas y termina cuando llegan a la escuela. Algunos caminan ciertos kilómetros porque el transporte es escaso, aunado a la escasez del efectivo. El propósito es ser puntual a las clases de música y no dejarse atrapar por el desánimo y tropiezos que puedan conseguirse en la carretera.

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