Soldados del Ejército ucraniano que combaten en el frente del este advierten en declaraciones EFE de la superioridad cuantitativa rusa en hombres, armamento y munición, y piden más material y tecnología militar a los aliados occidentales de Kiev para poder seguir teniendo opciones de victoria en la guerra.
“El enemigo es más grande, son más que nosotros, y para ganar hay que usar mejor la tecnología e imponerse en la carrera intelectual”, explica un joven veterano de la guerra contra los separatistas prorrusos en el este de Ucrania (2014-2022) que volvió a su país desde Irlanda para alistarse de nuevo en el Ejército tras la invasión rusa a gran escala.
La evaluación de este combatiente ahora desplegado cerca de la ciudad de Bajmut (en la provincia oriental de Donetsk) y que el año pasado participó en la liberación de Kiev y Cherníguiv en el norte coincide con la que ha hecho públicamente el propio jefe del Ejército ucraniano, Valeri Zaluzhni.
Según el análisis de Zaluzhni, la guerra ha entrado en una fase “posicional” tras no conseguir la contraofensiva ucraniana de este verano los resultados esperados, y la única forma de romper el estancamiento del frente en favor de Ucrania es conseguir una superioridad tecnológica clara sobre los rusos.
“Nuestra victoria sigue siendo una posibilidad real si la calidad del apoyo que recibimos es la adecuada”, explica el soldado ucraniano, quien no quiere dar su nombre por la naturaleza “secreta” de muchas de las misiones de su unidad.
Un colombiano en Bajmut
También en la región de Bajmut combate desde hace meses el exmilitar colombiano Fabián Coy, que al comienzo de la invasión dejó su vida en España por simpatía por la causa ucraniana para unirse a la defensa del país agredido por las tropas del Kremlin.
Coy coincide con el militar ucraniano en las dificultades que supone luchar contra un enemigo superior numéricamente que no tiene reparos en enviar a miles de sus soldados a la muerte.
“En artillería, siempre hemos estado en desventaja”, dice Coy a EFE durante una visita a Kiev para asistir al funeral de dos compañeros de la Legión Internacional, el cuerpo de voluntarios extranjeros en el que sirve.
Coy calcula la ratio entre las artillerías de Rusia y de Ucrania de 5-2 a favor de los rusos, lo que complica enormemente a las tropas de Kiev la consolidación y defensa de sus posiciones y reduce las posibilidades de éxito de sus ataques.
Ucrania compensa parcialmente esa desventaja con la mejor precisión de la artillería occidental, pero necesita más sistemas y munición.
El militar colombiano alude también a la inferioridad aérea ucraniana, que les obliga a avanzar sin cobertura aérea.
De cumplirse las previsiones, Ucrania empezará a recibir en 2024 de parte de sus aliados occidentales los esperados cazas de combate F-16.
Kiev tardó meses en convencer a sus socios de la idoneidad de esta medida, y Ucrania tuvo que lanzar su contraofensiva del último verano sin aviones que protegieran desde el aire a los soldados que avanzan.
Un microcosmos de todo el frente
Al igual que en otros puntos del frente del este como Márinka, Avdivka o Kúpiansk, Rusia ataca con ímpetu renovado en Bajmut desde que la contraofensiva de Kiev tocara techo a principios de otoño.
“Nuestro contraataque no salió como debía porque no teníamos suficientes armas”, señala el ucraniano que volvió de Irlanda para luchar.
Las reticencias y los retrasos occidentales en el envío de armamento, continúa el militar, dieron tiempo al enemigo para “construir varias líneas de defensa” antes de que Ucrania se lanzara al ataque aun teniendo carencias.
Tras más de cuatro meses a la ofensiva en los que Ucrania consiguió avances discretos en el sur y en el este, Rusia parece haber recuperado la iniciativa y es ahora la que empuja a un precio de bajas altísimo que no parece importar en Moscú.
“El enemigo lanza ataques constantes contra nuestras posiciones; ellos mueren en mucho mayor número que nosotros, pero Rusia nunca ha contado las bajas y perder un regimiento entero no significa nada para ellos”, dice el joven veterano ucraniano.
Preguntado por la posibilidad de que se cierre el grifo de la ayuda militar occidental, este soldado ucraniano está convencido de que los ucranianos “seguiríamos luchando también sin su apoyo”, pero advierte: “Si dejan de ayudarnos ahora, en unos años tendrán que ser ellos los que luchen”.
¡Síguenos en nuestras redes sociales y descargar la app!