En una muestra de unidad, representantes de diversos sectores de la sociedad se reunieron en Ciudad Guayana para respaldar una petición crucial, un salario mínimo de 200 dólares tanto para los trabajadores activos como para los jubilados.
Raúl Brito, presidente de la Asociación de Profesores de la Universidad Experimental de Guayana (Apuneg), abogó por un trato digno hacia los miembros más vulnerables de la comunidad.
Brito destacó la urgencia de garantizar una vida digna para los jubilados, señalando la angustiosa realidad de quienes luchan por acceder a medicamentos y alimentos básicos.
«En un llamado enérgico al presidente de la República, exigimos el cese de la persecución a los líderes gremiales», puntualizó.
Asimismo, enfatizó que protestar por los derechos laborales no constituye un delito, sino un acto legítimo de defensa.
«No más salarios miserables»
Manuel Salazar, Secretario General del Sindicato Obrero de la UNEXPO Puerto Ordaz, se unió al clamor colectivo, denunciando la prolongada falta de aumentos salariales y la insuficiencia de las pensiones, que sumen a los jubilados en una situación precaria.
Salazar instó al gobierno a poner fin a los salarios miserables y a otorgar un salario mínimo inicial de 200 dólares, rechazando los bonos como sustitutos del salario justo.
En este contexto de movilización nacional, trabajadores, la Confederación de Trabajadores de Venezuela, colegios de ingenieros, gremios profesionales y universidades se solidarizaron para exigir un trato digno a todos los trabajadores, jubilados y activos, en un llamado conjunto contra la precariedad laboral y el deterioro de las condiciones socioeconómicas.
Los representantes de diversos sectores, unidos en una voz firme, reclamaron con determinación; «¡No al exterminio! ¡Sí a sueldos justos y pensiones dignas!»
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