La viceministra de Exteriores ucraniana, Mariana Betsa, en declaraciones a EFE este jueves, donde participó en una reunión del Consejo Permanente de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE), en Viena. EFE/ Jordi Kuhs

Ucrania recalca que el regreso de las decenas de miles de menores deportados ilegalmente por Rusia es un requisito para cualquier proceso de paz. «Los niños ucranianos no son negociables», afirma en una entrevista con EFE la viceministra de Exteriores ucraniana, Mariana Betsa.

«Cualquier diálogo debe incluir el retorno incondicional de todos y cada uno de ellos», subraya la diplomática ucraniana.

«Deben ser entregados a Ucrania, deben volver a Ucrania antes de cualquier negociación», agrega la viceministra en Viena, donde participó esta semana en una reunión de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE).

«La mayor operación de secuestro infantil del mundo»

Según cifras verificadas por Kiev, casi 20.000 menores ucranianos han sido deportados ilegalmente a Rusia, aunque el número real podría ser mucho más alto. En total, 1,6 millones de niños ucranianos viven actualmente en territorios ucranianos ocupados por Rusia.

Desde el inicio de la invasión rusa en febrero de 2022, Moscú ha llevado a cabo lo que Betsa describe como «la mayor operación de secuestro de niños del mundo».

La diplomática denuncia que Rusia borra de forma sistemática y planificada la identidad de los menores deportados para «rusificarlos, adoctrinarlos y militarizarlos».

«Cambian sus nombres, documentos, su estatus personal, los adoptan por la fuerza. Es muy difícil rastrearlos e identificarlos», explica sobre los esfuerzos de Kiev para localizar a los menores.

Esto es especialmente grave en el caso de los niños más pequeños, que incluso son integrados en el sistema ruso como si fueran huérfanos, sin contacto con sus familias biológicas.

«Un niño que se llevaron en 2022 y ha sido adoctrinado durante tres años es un niño completamente distinto porque ha vivido separado de su familia», expone Betsa.

«Hay algunos países, especialmente en el sur global, que quizás no se han manifestado con fuerza en apoyo a Ucrania. Hemos hablado con ellos y les hemos dicho: miren, el tema de los niños es una cuestión humanitaria, es una cuestión básica de humanidad», explica.

Y agrega: «Ningún niño debería estar separado de sus padres. Ningún padre debería sufrir un dolor y una pérdida tan terribles».

Borrar la identidad ucraniana

Con el inicio del conflicto, el presidente ruso, Vladímir Putin, firmó un decreto que facilita dar la ciudadanía rusa a los menores ucranianos supuestamente «sin tutela parental», lo que, según Ucrania, constituye una legalización de la deportación forzada.

«Lo que Rusia hace es utilizar a los niños ucranianos como un instrumento contra Ucrania. Rusia convierte a los niños en armas», denuncia Betsa.

La viceministra relata que incluso algunos niños, al alcanzar los 17 o 18 años, son enviados al Ejército ruso, e incluso se les obliga a combatir contra Ucrania.

Todas estas medidas, incluida la aculturación sistemática de los menores ucranianos, supone un delito de «genocidio», según Betsa.

«La destrucción sistemática de la identidad, el adoctrinamiento, la prohibición de la lengua y la cultura ucraniana, y el uso de niños como soldados: estos son crímenes de guerra, de genocidio y de lesa humanidad», agrega.

La aculturación y el rapto sistemático de menores ha sido documentado por el ‘Humanitarian Research Lab’ de la Universidad de Yale (EE.UU.), que ha detectado al menos 43 campamentos infantiles en Rusia —una treintena de ellos para «reeducación»— donde se castiga cualquier expresión de identidad ucraniana y se impone la narrativa prorrusa en clase y en entrenamientos de tipo militar.

En marzo, la Administración de Donald Trump decidió suspender la financiación del ‘Humanitarian Research Lab’, cuyos datos sobre las deportaciones de menores fueron utilizados por la Corte Penal Internacional para emitir una orden de arresto contra Putin.

Tras la presión de miembros del Congreso de EE.UU., el apoyo financiero al centro se ha reanudado de forma temporal.

Betsa asegura que Ucrania ha recibido todos los datos del ‘Humanitarian Research Lab’, ya que uno de los temores era que pruebas utilizables contra Rusia pudieran perderse si se cortaba la financiación.

La diplomática ucraniana señala que la presión internacional es indispensable para lograr el objetivo de la vuelta de los menores, y recuerda instrumentos como la Coalición Internacional para el Retorno de los Niños Ucranianos, impulsada por Ucrania y Canadá.

Esa coalición cuenta con 41 Estados miembros —algunos como observadores— y también con la participación del Consejo de Europa. Ucrania dialoga con la Organización para la Cooperación y la Seguridad en Europa (OSCE) para que también se una.

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