Este sábado 2 de agosto de 2025, comenzaron a aplicarse las nuevas obligaciones de transparencia impuestas por la Unión Europea a los sistemas de inteligencia artificial generativa.
Modelos como ChatGPT (OpenAI) y Gemini (Google) quedaron sujetos a requisitos más estrictos para respetar los contenidos protegidos por derechos de autor y evitar la generación de información discriminatoria o contraria a los derechos fundamentales.
Las nuevas reglas forman parte de la Ley de Inteligencia Artificial de la UE, en vigor desde el año pasado. Esta normativa, primera en su tipo a escala mundial, establece el uso permitido o prohibido de la IA según el nivel de riesgo que represente para las personas.
Dos semanas atrás, la Comisión Europea publicó las directrices específicas que estos sistemas deberán seguir para cumplir con el código.
Tensión entre Bruselas y Washington
Estados Unidos ha presionado a Bruselas ante el conjunto de regulaciones que buscan limitar el poder de las grandes tecnológicas, la mayoría de origen estadounidense. Junto con la ley de IA, entraron en vigor otras dos normativas clave: la de Mercados Digitales, que promueve la competencia en el entorno digital, y la de Servicios Digitales, destinada a combatir contenidos ilegales en internet.
Empresas se alinean (y otras se resisten)
La UE pidió a los sistemas de alto riesgo que eviten entrenarse con datos protegidos por derechos de autor y que evalúen los posibles daños que podrían causar a los usuarios.
En paralelo, 25 compañías tecnológicas anunciaron su adhesión voluntaria al código ético impulsado por la Comisión. Entre ellas figuran Google, Amazon, IBM, Microsoft y OpenAI.
Sin embargo, varias ausencias marcaron la firma: Meta confirmó previamente que no participaría, mientras que empresas chinas como Baidu, Alibaba y Deepseek tampoco se sumaron. Elon Musk, dueño de xAI, optó por suscribir solo el capítulo relacionado con seguridad, dejando de lado los compromisos sobre transparencia y derechos de autor.
Europa inaugura una nueva era tecnológica
Con esta aplicación, la UE da un paso firme hacia un modelo de desarrollo tecnológico más responsable, intentando equilibrar la innovación con la protección de los derechos de los ciudadanos. Ahora, el foco estará en el cumplimiento real de estas reglas de la Inteligencia Artificial por parte de las grandes plataformas.
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