San Salvador.- La economía informal de El Salvador, de la cual depende una buena cantidad de familias, tiene una vinculación «significativa» con el crimen organizado, que podría fortalecerse por la crisis provocada por la pandemia del coronavirus, según un informe de las Naciones Unidas proporcionado a Efe.
El documento, denominado «Desempleo, economía informal y crimen organizado: una aproximación desde al análisis sistemático El Salvador», señala que este país tiene una «considerable economía informal, la cual se incrementará en la medida en que las personas desempleadas, a consecuencia de la crisis económica, se trasladen a la misma para obtener medios de subsistencia».
Se estima que en El Salvador se pierdan entre 350.000 y 550.000 empleos, entre ellos al menos 140.000 empleos del sector informal, según dicho informe de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC).
¿QUÉ ES LA ECONOMÍA INFORMAL?
El informe explica que el concepto de economía informal hace referencia a todas las actividades económicas realizadas por los trabajadores y las unidades económicas que, en la legislación y en la práctica, no están cubiertas o que están insuficientemente cubiertas por los sistemas formales o no lo están en absoluto.
Indica que este concepto «no abarca las actividades ilícitas, en particular la prestación de servicios y la producción, venta, posesión o consumo de bienes prohibidos por la legislación, incluyendo el tráfico ilícitos de estupefacientes, el tráfico de armas de fuego, la trata de personas y el blanqueo de dinero, tal como se definen en los tratados internacionales pertinentes.
La UNODC asegura que en El Salvador se considera al sector informal como «el segmento del mercado de trabajo urbano compuesto por asalariados y trabajadores familiares ocupados en establecimientos de menos de cinco trabajadores y trabajadores por cuenta propia».
«La economía informal combina la ilegalidad con la legitimidad, contiene las actividades para ser reconocidas y explotar las oportunidades que ocurren fuera de los límites institucionales formales, pero dentro de los límites institucionales informales», apunta.
Y añade que «a la economía informal se le asocia con varios aspectos negativos, ya que este tipo de economía afecta los intereses fiscales del Estado, debilitado la capacidad estatal para brindar servicios públicos y distorsionando la libre competencia y las leyes de mercado».
LA ECONOMÍA INFORMAL EN EL SALVADOR
El Salvador, como en otros países en el mundo, la economía informal forma parte de su realidad estructural, y en este país aún no existe una medida de economía informal ajustada para las últimas directrices y conceptualizaciones de la Organización Internacional del Trabajo(OIT), apunta el informe.
Según la Dirección General de Estadísticas y Censos (DIGESTYC), para el año 2017 el porcentaje de informalidad en el país era de 43,3 %. Pero la estimación de la Comisión Nacional de la Mediana y Pequeña Empresa (CONAMYPE) para 2020 lo sitúa en un 74,8 % y otros expertos estiman que la economía informal en el país es mínimo del 60 %.
De acuerdo con la UNODC, en la nación centroamericana las transiciones de trabajadores entre los sectores formal e informal es mínima, lo que indica que El Salvador «experimenta dificultades en la implementación de políticas que permitan mantener los empleos dentro del sector formal, así como dificultades en la generación de empleo decente».
PANDILLAS Y CERO CONTROL
El informe indica que el involucramiento de las pandillas en el comercio informal y formal del centro histórico de San Salvador se ha constituido en un factor importante para la ejecución de diversos delitos.
«El centro de San Salvador es otro lugar en el que la economía informal se expande y por ende una zona propicia para extorsionar y controlar por organizaciones criminales», subraya.
De acuerdo con diversas fuentes, las pandillas mayoritarias, la Mara Salvatrucha (MS13) y el Barrio 18, consiguen sus ingresos economicos a través del narcomenudeo, la venta de cigarrillos de contrabando y las extorsiones.
La infiltración de las pandillas en la economía formal e informal quedó al descubierto con los resultados de la operación Jaque, que se llevó a cabo en 2018 y en el que se desmanteló una red de negocios de moteles, prostíbulos, cervecerías, ventas de autos, empresas de autobuses y taxis, indica el documento.
Señala que la economía informal prácticamente carece de controles, lo que permite que organizaciones criminales la infiltren e inyecten capital obtenido de forma ilícita.
«En este país, la vinculación entre las organizaciones criminales en la economía informal es significativa, por tanto, al incrementarse esta economía, el crimen organizado va a encontrar una ventana de oportunidad para extenderse y fortalecerse», subraya.
La UNODC advierte que «la lucha entre organizaciones criminales por obtener control de territorios puede desencadenar una nueva ola de violencia».
IMPACTO DE LA PANDEMIA
Según esta entidad, los elevados niveles de desempleo formal que las medidas impuestas por el Gobierno salvadoreño para contener la propagación del coronavirus han generado, va a incrementar sustancialmente el traslado de trabajadores a la economía informal del país, como alternativa para proveerse el sustento diario.
«Al fin y al cabo, el desempleo es la principal causa del aumento de vendedores informales que se lanzan a vender en las calles y parques como su única vía para sobrevivir», acota.
En el informe se asegura que el crecimiento de la economía informal a su vez va a brindar una gama de oportunidades para que las estructuras de crimen organizado lleven a cabo sus actividades ilícitas y lucrarse de esta circunstancia.
«El impacto del COVID-19 ha generado una crisis económica y fiscal, esta, a su vez, va a generar un incremento substancial del desempleo, lo que a su vez va a aumentar el desarrollo de la economía informal, la cual propicia un mayor involucramiento de estructuras de crimen organizado en su seno», señala.
La reinversión de fondos provenientes de actividades ilícitas en la economía nacional la socava, trastorna el equilibrio natural del mercado y resta eficacia a las políticas y medidas estatales, incluyendo las que se vayan a implementar para la reactivación y recuperación económica tras la pandemia.
La vinculación entre el desempleo, la economía informal y las organizaciones criminales «no debe pasar desapercibida al momento de diseñar e implementar estrategias y planes de reapertura y reactivación económica para minimizar, en la medida de lo posible, sus efectos perniciosos», agrega.
LA UNODC RECOMIENDA
En el informe la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito recomienda a El Salvador monitorear de cerca la economía informal y su evolución a efecto de prevenir, en la medida de lo posible, su cooptación por parte de organizaciones del crimen organizado.
Se deben facilitar los trámites para la formalización de empresas y negocios informales, y generar espacios público-privados y medidas flexibles e innovadores para incorporar la economía informal a la economía formal.
Además, es necesario incluir en cualquier esfuerzo o iniciativa para la reactivación económica medidas para la economía informal, añade.
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