En contextos distintos y con desarrollos muy diferentes, la salida de Kevin Durant de los Brooklyn Nets a los Phoenix Suns y el traspaso de Russell Westbrook de Los Angeles Lakers a los Utah Jazz ponen fin a dos experimentos muy ambiciosos en la NBA que acabaron en rotundos fracasos.

A solo un día del límite para traspasos (9 de febrero a las 15 horas de Nueva York), la NBA vivió este miércoles unas horas de emociones fuertes con las informaciones sobre el futuro de Westbrook y Durant.

A mitad de tarde, los periodistas Adrian Wojnarowski (ESPN) y Shams Charania (The Athletic), gurús de la NBA que siempre adelantan en primicia los fichajes de la liga, detallaron que los Lakers decidieron mandar a Westbrook a los Jazz en una operación con tres equipos involucrados y que devolverá a D’Angelo Russell a la ciudad californiana.

Pero el ‘bombazo’ llegó por la noche cuando se dio a conocer que Durant cambiará Brooklyn por Phoenix en un traspaso enorme por el que los Nets recibirán a Mikal Bridges, Cam Johnson y Jae Crowder además de cuatro elecciones de primera ronda del draft.

WESTBROOK, SALIDA POR LA PUERTA DE ATRÁS

El paso de Westbrook por Los Ángeles no ha podido ser más turbulento.

Tras el título de 2020 y un 2021 truncado por las lesiones en una plantilla que pintaba muy bien, los Lakers, con el discutido Rob Pelinka a los mandos como mánager general, apostaron por un ‘todo o nada’ incorporando a Russell Westbrook, Carmelo Anthony, Dwight Howard, Rajon Rondo, DeAndre Jordan y Trevor Ariza a un equipo liderado por LeBron James y Anthony Davis.

Repleto de veteranos con sus días más dulces ya en el diario, los de púrpura y oro carecían de físico y tiro exterior pero confiaron en la experiencia y el saber hacer de una constelación de estrellas.

Lo que podría haber sido un movimiento audaz resultó ser una temeridad y un billete al precipicio.

Los Lakers se quedaron fuera del ‘play-in’ en uno de los ridículos más memorables de la historia de la liga y Westbrook fue probablemente la cara más visible de un fiasco descomunal.

Incapaz de adoptar un rol de base organizador y de congeniar con LeBron (un jugador que requiere mucho balón), el base fue muy criticado por su irregularidad, su mal porcentaje en el perímetro y sus irracionales decisiones (especialmente en los últimos minutos) hasta el punto de que recibió abucheos de sus fans.

Sus estadísticas fueron las peores desde la temporada 2009-2010 y, en definitiva, su rendimiento estuvo muy lejos del MVP de 2017 y el líder histórico de triples-dobles (198).

Westbrook cobra 47 millones de dólares este año (solo Stephen Curry con 48 millones recibirá más que él en toda la NBA) y, pese a todos los rumores, los Lakers no lo traspasaron el pasado verano.

Con Darvin Ham a los mandos, Westbrook asumió el reto de ser el revulsivo desde el banquillo -un lujo extraordinario para las finanzas angelinas- pero el equipo sigue a la deriva y ahora es decimotercero en el Oeste.

Es posible que Utah corte a Westbrook y que busque nuevo destino, pero en cualquier caso el azar quiso que su ‘último baile’ con los Lakers fuera en el partido en el que LeBron se convirtió en el máximo anotador de la historia de la NBA.

DURANT, LO QUE PUDO SER Y NO FUE

Frente a la ruina sin paliativos de Westbrook en Los Ángeles, a los fans de los Nets les quedará siempre la duda entre suspiros de qué habría pasado si las lesiones -y las numerosas controversias- hubieran respetado el camino de Kevin Durant, Kyrie Irving y James Harden.

Con el fichaje del ‘barbudo’ en 2021, los Nets completaron un trío llamado a arrasar en el Este y a causar pánico en toda la liga.

Sin embargo, las constantes lesiones de sus tres estrellas fueron un obstáculo insalvable para Brooklyn, tanto que, en total, el trío Durant-Irving-Harden solo compartió pista un descorazonador número de 16 partidos.

Su única aparición en los playoffs acabó en las semifinales del Este de 2021 con un séptimo encuentro en casa que se llevaron los futuros campeones, los Milwaukee Bucks de Giannis Antetokounmpo.

Además de las lesiones, una fuente constante de inestabilidad en el tiempo de Durant en Brooklyn fueron las polémicas en torno a Irving como su negativa a vacunarse contra el coronavirus o su reciente promoción de una película antisemita.

Con las aguas demasiado agitadas en los Nets, Harden abandonó el equipo hace justo un año camino de Filadelfia a cambio de Seth Curry y otro foco de controversias como Ben Simmons.

El recorrido de los Nets en los playoff en 2022 fue mucho más corto: un brutal 4-0 de los Boston Celtics les mandó de vacaciones en la primera ronda.

Durant pidió el traspaso el pasado verano (curiosamente Phoenix ya apareció entonces como pretendiente destacado) pero finalmente decidió quedarse, algo que ahora ha cambiado radicalmente con la marcha de Kyrie Irving el pasado domingo a los Dallas Mavericks.

El alero, que lleva un mes fuera por una lesión en la rodilla, aterriza ahora en unos Suns de repente convertidos en aspirantes en mayúsculas al anillo y donde formará un cuarteto formidable con Chris Paul, Devin Booker y Deandre Ayton.

A diferencia de Westbrook, su antiguo compañero en los Oklahoma City Thunder, Durant ha capeado mucho mejor el paso del tiempo (ambos tienen 34 años) y esta temporada promedia 29,7 puntos, 6,7 rebotes y 5,3 asistencias por partido.

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