
El Gobierno de Venezuela alertó este viernes sobre un plan estadounidense para desatar una «guerra» en Latinoamérica y el Caribe, calificándolo de «imposible histórico» rendirse ante tal amenaza, en medio de tensiones por el despliegue aeronaval de Washington cerca de sus costas.
Durante un acto por el 47 aniversario del Comando de Defensa Aeroespacial Integral, transmitido por Venezolana de Televisión (VTV), el ministro Vladimir Padrino López acusó a EE.UU. de pretender «devolver en sacos, bolsas negras y urnas» a sus ciudadanos en un conflicto. Aseguró que Venezuela clama paz pero permanece en «rebeldía» contra el «imperialismo norteamericano».
Padrino denunció sobrevuelos de aviones F-18 el martes sobre el golfo de Venezuela, reportados por Flightradar24, pidiendo a Washington no «equivocarse» ante la preparación defensiva del país.
Criticó la confiscación del buque Skipper como «violación flagrante» al derecho internacional, libre navegación y comercio, ya que transportaba crudo venezolano «para mercados internacionales».
El martes, EE.UU. interceptó el Skipper –sancionado en 2022 por vínculos con petróleo iraní– con 1,9 millones de barriles de PDVSA, por orden judicial. Caracas lo tilda de «robo descarado»; Trump mantiene en secreto sus planes para el cargamento.
Respuesta de Maduro y contexto militar
Nicolás Maduro rechazó «fórmulas de mentiras, presión, chantaje y amenazas», exclamando: «Respect, respect, respect, stupid» contra líderes estadounidenses. EE.UU., que no reconoce a Maduro y lo acusa de liderar el «Cartel de los Soles», inició en agosto un despliegue en el Caribe contra narcotráfico –el mayor desde la Guerra del Golfo (1990-1991), según CSIS–, interpretado por Caracas como intento de derrocarlo.
Venezuela se mantiene en «permanente movilización» militar ante la supuesta amenaza de invasión.
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