Se preguntarán ¿por qué? No siendo carnaval me voy a dedicar a escribir sobre este ritmo antillano, bueno, mi respuesta es: de la misma manera pudiese escribir sobre el bolero, salsa, merengue o cualquier otro ritmo, pero de verdad me pareció que es bueno saber algo más del calipso, el cual la mayoría conocimos cuando llegamos a vivir en Guayana.

El calipso es un típico baile caribeño característico de todas las Antillas menores, Aruba,  Curazao, Bonaire y también Guadalupe, Martinica, Haití y Trinidad Tobago.

Existen varias versiones acerca del origen del calipso, en opinión de Yehudi Menuhim, los antecedentes del baile se hallan en las canciones portuarias de la Francia de 1240, perfeccionando luego por FranCois Villon, en 1531, recluso condenando a muerte en Cayena (Guayana Francesa).

Allí parece ser que en contacto con comerciantes negreros, había asimilado algunos ritmos originarios de África, quizás la chika o el cucumbé, los que luego transformó en la cárcel con la percusión de cacharros, en el ritmo afroantillano denominado calipso.

En sus letras, Villon utilizaba temas cotidianos y de carácter histórico, a los que respondía el coro espontáneo de los presidiarios.

Según la investigaciones realizados por el musicólogo venezolano Oswaldo Lares, el calipso surge en la Antillas francesas, principalmente en Martinica y Guadalupe, a mediados del siglo XVI, con motivo de los festejos del Carnaval que tiene  su máxima expresión en el mardi grass, de gran significación también en Nueva Orleans.

A Cuba llega la tumba francesa procedente de Haití, al igual que el son del Oriente Dominicano, introducido según la leyenda por Teodora Guines, una negra manumisa que tocaba magistralmente la bandola. El calipso llega a Trinidad en 1783, allí se enriqueció con el aporte de los negros trinitarios, quienes desarrollaron una batería instrumental melódica en base a bidones metálicos de diferentes tamaños para lograr registros melódicos graves y agudos.

La región central de Trinidad es poblada por estos contingentes humanos, en su mayoría esclavos provenientes de las colonias francesas, quienes se ubican en las poblaciones de Arima y Sangre Grande.

Famoso es el calipso trinitario cuyo tema reza:  “Arima tonight, Sangre Grande tomorrow night”, que en Venezuela es adoptado por la Negra Isidora en el siglo XX a través del conocido calipso “El Callao tonight, Guasipati tomorrow night” popularizado por el prestigioso conjunto vocal “Serenata Guayanesa” fundado en Ciudad Bolívar en 1.971.

En las zonas aledañas a Puerto España, capital de Trinidad, fundada por los colones españoles y que luego estuvo bajo posesión inglesa, se establecen los negros combulais que hablaban una nueva lengua, el patois.

Después de la Segunda Guerra Mundial y a partir del auge petrolero surgen nuevas comparsas caracterizadas por los  pan on the neck (sartenes en el cuello) que dieron lugar a los tambores Steel band construidos con los bidones o pipotes metálicos del petróleo y que el tiempo adquirieron las formas organológicas actuales, desde cilindros pequeños (los agudos) hasta grandes cilindros (los graves) gracias a los músicos artesanos que enriquecieron este arte de lutheria popular.

La palabra calypso, según derivación de caixo como ya señaláramos,  aparece reseñada en Trinidad por vez primera en el año 1900.

La presencia en el Callao de las madamas, de antiguas tonadas de calipsos cantados en “papiamento” del diablo y sus múltiples cornamentas y del juego pantomímico de los “Mediopinto” derivado del joyeux (juego con barro en el Carnaval Antillano).

Se cree que el calipso llegó a Venezuela en dos épocas históricas diferentes por razones  disimiles, en el Callao (estado Bolívar) se le asocia con el inicio de la explotación de las minas de oro en 1.846, donde se establecieron comunidades negras, principalmente angloparlantes, para el trabajo minero.

Allí se fue creando una nueva lengua, el patois, mezcla de castellano, ingles y francés y con ella un calipso acriollado que incorpora el cuatro, el rayo, el tambor bumbac, la charrasca metálica y otros instrumentos de percusión.

Las comparsas de calipsos se preparan para el carnaval y también para el día de la Virgen del Carmen (16 de julio).

Muchas de las letras de  los calipsos de Bolívar constituyen reminiscencias de cantos religiosos anglosajones, de los spirituals, como el “Early Christi” y el “Easter Morning” que caracterizan la Resurrección de Cristo en Semana Santa,.

Otros temas están basados en los trabajos mineros, y en general en motivaciones y sucesos populares.

En la costa de Sucre, desde Guiria hasta el final de la Península de Paria, el calipso por influencia de los negros trinitarios, se posesiona desde finales del siglo XIX desarrollándose el siglo XX cuando el cultivo de caña en el Valle de Cumanacoa y en Carúpano determinó el establecimiento de alambiques para el procesamiento del ron, entonces en manos de comerciantes franceses e italianos, se trajeron entonces braceros trinitarios, principalmente y con ellos su música, momento en que el calipso va a conquistar la costa sucrense. Hoy el calipso se halla disperso por toda la geografía venezolana, formando parte del repertorio habitual de compositores contemporáneos y de grupos de proyección folclórica interesados en la permanencia de esta nueva forma musical urbana.

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