Bladimir Martínez Ladera
Fotos: Wilmer Barrero
Ciudad Guayana.-Una población de más de 500 personas adultas y 300 niños, viven en precarias condiciones y padecen por la falta de alimentos, agua potable, atención médica, educación, ahora perseguidos y acosados por militares de la Armada.
Waraos, acusan al comandante Bermúdez, jefe de la Armada con sede en Palúa, San Félix, de acecharlos para despojarlos de sus pertenencias. Tienen miedo de navegar por el río, según, cuatro hombres algunas veces vestidos de militar y otras veces de civil los persiguen.
La semana pasada detuvieron a seis de sus compañeros por tres tambores de combustibles que transportaban en una curiara a los caños de Delta.
Aprehendidos fueron puestos a la orden del Ministerio Público y privados de libertad posteriormente por el delito del tráfico de combustible.
Indígenas aclararon que ellos, poseen permiso del Ministerio de Energía y Minas para comprar gasoil y gasolina.
Venancio Ruiz, capitán de la etnia waraos, dijo que tienen días sin trabajar. Su gente padece por falta de alimentos, los niños sufren de hambre porque sus padres no tienen como darle el sustento.
Explicó que la única manera de llevar comida a la mesa es a través del trueque. Cambian gasolina por alimentos en otras comunidades indígenas que están en los caños de Delta Amacuro.
Indígenas y criollos
Esposas de los detenidos, exclamaron que sus hijos se debilitan por falta de pan, “nuestros maridos presos, les quitaron la lancha y tres recipientes de combustible que trasladaban a los caños para cambiarlos por comida”.
Señalan al comandante de la Armada Bermúdez, quien acompañado de tres militares los acorrala en las aguas del río para amedrentarlos y arrebatarles el pescado, el tren de pesca y otras herramientas de trabajo.
Supuestamente el alto oficial utiliza una curiara con un motor que decomisó a los waraos para hacer recorridos en el río. Piden a jefes del alto mando militar del estado Bolívar, para que hagan los correctivos necesarios.
Cuentan estas personas que se ayudan con las lanchas de los criollos que tienen motores para el traslado de “compotas”, tambores de gasolina y gasoil, ellos no cuentan con embarcaciones, “el gobierno nos tiene abandonado”, aseguró María González, quien tiene seis hijos, todos menores.
Llegan a la Línea
Para los nativos no es fácil sobrevivir en este sitio. No gozan de los servicios básicos. El agua que consumen es la que toman del río, líquido vital que está contaminado.
Muchos niños sufren vómito y diarrea, igual un cuadro de desnutrición severo y por si fuera poco, los infantes no acuden a clases porque las maestras dejaron de ir al colegio.
“El comandante de la Armada, no está negando el derecho al trabajo y quitando la comida de nuestros hijos. A nosotros nadie nos da empleo, además, un salario mínimo no alcanza ni para comprar un kilo de arroz, mucho menos un kilo de harina”, indicó Venancio.
Cuando los indígenas consiguen combustibles navegan hasta Georgetown-Guyana, en donde pueden abastecerse de alimentos. Aseguran que en este sitio lo cambian por comida, “es la única manera de sobrevivir”, apuntó el capitán de la etnia.
Piden al gobierno regional y local que intervengan antes que ocurra una desgracia en el río. Advierten que de no conseguir solución a la situación de acoso del comandante de la Armada, tomarán la base militar con todos los niños.
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