Los zimbabuenses votarán este miércoles para escoger a un nuevo presidente en unos comicios generales marcados por el elevado coste de la vida y la inflación que asfixian al país, así como por las denuncias de represión de las voces opositoras y disidentes durante la campaña electoral.

Más de seis millones de personas se han registrado para votar en 12.000 colegios electorales distribuidos en todo el país, que deben abrir mañana entre las 07.00 y las 19.00 hora local (05.00 y 17.00 GMT).

Aunque once candidatos concurren por la Presidencia, sólo dos lideran la carrera, incluyendo el actual jefe de Estado, Emmerson Mnangagwa, de 80 años, que encabeza la gobernante Unión Nacional Africana de Zimbabue-Frente Patriótico (ZANU-PF), en el poder desde que el país logró su independencia del Reino Unido en 1980.

Su principal rival es Nelson Chamisa, de 45 años y al frente de la Coalición de Ciudadanos por el Cambio (CCC), creada en enero de 2022 tras la refundación de la opositora Alianza del Movimiento por el Cambio Democrático.

Mnangagwa, en el puesto desde el golpe militar de 2017 contra el ya fallecido Robert Mugabe, busca ahora su segundo y último mandato de cinco años, tras vencer en las disputadas elecciones de 2018 a Chamisa.

Si ninguno de los aspirantes logra más del 50 % de los sufragios, se celebrará una segunda vuelta entre los dos más votados el próximo 2 de octubre, según establece la ley del país.

Los zimbabuenses también escogerán a los miembros del Parlamento -de los 270 asientos de la Asamblea Nacional (Cámara baja), 210 son escogidos por distritos individuales y los otros sesenta son asignados a mujeres escogidas de manera proporcional por las diez provincias del país, el mismo método usado para la mayoría de los 80 miembros del Senado (Cámara alta), que también incluyen a jefes tradicionales y representantes de personas con discapacidades-, así como a los concejales de los gobiernos locales.

“Somos una generación que luchó y trajo la independencia al país y nadie puede darnos lecciones sobre democracia. Seguiré siendo el presidente de este país después de las elecciones y nadie puede arrebatarme el puesto”, dijo Mnangagwa, que combatió como guerrillero durante la lucha anticolonial, en un mitin en Harare, la capital de Zimbabue, recientemente.

El presidente argumenta que ha conseguido aliviar los cortes de electricidad, que solían alargarse una media de 18 horas diarias, al construir nuevas unidades en la Central Térmica de Hwange, una de las principales fuentes de electricidad del país, lo que ha añadido hasta 600 megavatios de energía a la red nacional.

El mandatario también ha prometido crear tres millones de puestos de trabajo para los jóvenes.

Los zimbabuenses, sin embargo, siguen enfrentándose a la escasez energética y a un elevado coste de la vida junto con una grave crisis de inflación, con la moneda local, el dólar zimbabuense, habiendo perdido el 86 % de su valor entre los pasados meses de enero y junio.

Frente a esta crisis, Chamisa ha prometido educación gratuita y cobertura médica universal, pago del salario de los funcionarios en divisa extranjera, adoptar el dolar estadounidense como la única moneda para estabilizar la economía, conceder títulos para los propietarios de la tierra y poner fin a los cortes eléctricos.

El opositor también ha denunciado la “violencia política” que han sufrido sus seguidores y las dificultades para desarrollar su campaña electoral y celebrar mitines.

“Estamos en una situación de guerra, no de elecciones. Es muy difícil hacer campaña porque nos enfrentamos a la violencia política del ZANU-PF”, dijo a EFE Chamisa la pasada semana.

En este sentido, organizaciones defensoras de los derechos humanos han denunciado la creciente persecución de la disidencia en el país, así como el procesamiento con motivación política de dirigentes de la oposición.

En uno de estos episodios violentos, un miembro de la CCC, Tinashe Chitsunge, fue apedreado hasta morir el pasado día 3 en Harare por “presuntos matones” de la ZANU-PF, según informó entonces la CCC, si bien la Policía ha negado esa explicación y ha asegurado que murió en un accidente de coche.

Entre las misiones internacionales que monitorizarán la votación, se encuentra la Unión Europea (UE), un equipo conjunto la Unión Africana (UA) y el Mercado Común del Este y el Sur de África (Comesa), la Comunidad para el Desarrollo de África Meridional (SADC) y la Commonwealth. 

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