El presidente palestino Mahmud Abás criticó hoy que la campaña liderada por Israel pare desprestigiar la labor de la Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos (UNRWA) tiene como objetivo «liquidar» la cuestión de los desplazados, uno de los temas centrales en 75 años de conflicto.
En todo el mundo hay unos 6 millones de refugiados palestinos -sobretodo en Líbano, Jordania y dentro de Cisjordania ocupada y la Franja de Gaza-, y muchos de ellos en necesidad de la ayuda humanitaria que desde 1948 brinda la UNRWA.
En plena guerra en la Franja de Gaza, UNRWA se ocupa de la distribución de la escasa ayuda humanitaria de la que depende más de 2 millones de palestinos del enclave, casi su población entera, en la peor catástrofe humanitaria vivida por el pueblo palestino.
Nueve países (EE.UU., Canadá, Reino Unido, Alemania, Italia, Países Bajos, Suiza, Finlandia y Australia) han anunciado este fin de semana la suspensión de los fondos a la UNRWA, después de que la agencia terminara los contratos de varios empleados de la agencia ante las acusaciones de su posible implicación con Hamás en los ataques del 7 de octubre en Israel.
«El presidente llamó a los países que ya adoptaron una postura sobre la UNRWA antes del final de la investigación sobre las acusaciones en su contra, a retractarse porque implica un castigo injusto e inhumano para millones de palestinos de nuestro pueblo», afirmó Abás en un comunicado difundido por la Oficina de la Presidencia Palestina.
Investigación transparente
Tanto el comisionado de la UNRWA, Philippe Lazzarini; como el secretario general de la ONU, António Guterres, han pedido una investigación transparente sobre la implicación de su personal en los ataques del 7 de octubre; al tiempo que han exigido a los nueve países que han recortado fondos a la agencia que reconsideren su postura porque podría forzar el fin de sus actividades.
Ya hay una investigación abierta a cargo de la Oficina de Servicios de Supervisión Interna de Naciones Unidas, la máxima autoridad investigadora del organismo; y la UNRWA rescindió los contratos de sus empleados sospechosos de colaborar con Hamás.
El presidente Abás afirmó de que Israel «comete crímenes contra los refugiados palestinos» desde que fueron desplazados en 1948 -episodio conocido como Nakba para ellos-, el último de ellos «la guerra genocida» dentro de la Franja de Gaza.
Abás afirmó que «el retorno de los refugiados es el núcleo de la cuestión palestina», sobre la cual se han adoptado decenas de resoluciones de la ONU y que es parte fundamental de la enterrada solución de los dos Estados; aunque Israel se opone al regreso de todos los refugiados a un futuro Estado palestino.
Israel, por su parte, agradeció a los países que han suspendido fondos a la UNRWA y pidió que se unan más a esa medida contra la agencia, a la que acusa de ser «refugio de terroristas»; mientras que Hamás negó rotundamente que el personal humanitario de UNRWA colabore con ellos en acciones militares.
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