Caracas.- Luego de que la vicepresidente Delcy Rodríguez reiterara que serán los prospectos vacunales Soberana 2 y Abdala los que las autoridades sanitarias aplicarán de manera masiva a niños y niñas entre 2 y 11 años para inmunizarlos en contra del COVID-19, la Academia Nacional de Medicina (ANM) emitió un comunicado para expresar su preocupación y rechazar tal iniciativa.
El ente colegiado expresa en el escrito que esa decisión gubernamental es «violatorio a los derechos de la salud» de esta población infantil, por cuanto estos candidatos a vacunas no gozan de la aprobación oficial ni de la Organización Mundial de la Salud (OMS) ni la Organización Panamericana de Salud (OPS).
«Nuevamente hacemos un exhorto al Ejecutivo nacional para que reconsidere esta decisión de administrarlos a los niños y niñas de 2 a 11 años, y menos aún sin informar a los padres y representantes que no se tratan de vacunas y que de hacerlo sería en el cumplimiento de una fase experimental», indican los científicos.
La ANM indicó que a la fecha, según datos de la OPS, la población venezolana vacunada con el esquema completo de dos dosis apenas alcanza el 32,30 % (9.044.000 personas), por lo que estiman que hay una gran población adulta sin estar protegidos contra el coronavirus, por lo cual no entienden la insistencia del Gobierno en vacunar niños entre 2 y 11 años de esa manera, «siendo la población con menor riesgo de enfermarse».
La Academia ofreció sus conocimientos al Estado para brindar asesoría en este tema, con la finalidad de que se busquen vacunas certificadas y que hayan demostrado seguridad y eficacia.
De la misma manera, gremios de la salud como la ONG Médicos Unidos de Venezuela manifestaron también su rechazo a la aplicación de los dos prospectos cubanos e invitaron a los padres y representantes a no permitir que se inocule a los menores de edad con esos fármacos.
«Desde MUV hemos hecho llamados a las autoridades de salud, de educación y a la sociedad civil de no permitir que nuestros hijos sean usados para experimentar con prototipos de vacunas como la Abdala. La responsabilidad ya es familiar e institucional», indicaron.
Efecto Cocuyo
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