Al menos 50 personas han sido atendidas hoy con lesiones leves durante una protesta de serbios en el norte de Kosovo que fue dispersada con gases lacrimógenos y bombas de aturdimiento por fuerzas de la misión KFOR de la OTAN.
Los serbios, minoría en Kosovo pero el grupo mayoritario en el norte del país, proetstaban ante el Ayuntamiento de la localidad de Zvecan para exigir la retirada del nuevo alcalde, de la mayoría albanesa.
Según el portal Kossev, la KFOR intervino cuando la muchedumbre se negó, a pesar del llamamiento de sus líderes políticos, a permitir el paso de dos vehículos de la policía especial kosovar que estaban bloqueados entre los manifestantes desde la mañana.
Los manifestantes exigen la retirada de todos los policías especiales que se encuentran en el edificio del Ayuntamiento y algunos medios aseguran que se oyen disparos.
Más de 50 personas fueron atendidas en un hospital por dolencias causadas por intoxicación con gas lacrimógeno y por contusiones, tres de fueron hospitalizados y una personas sufrió heridas graves de bala y su vida está en peligro, informó el director del Centro Clínico de Mitrovica, Zlatan Elek, según la emisora N1.
Cientos de serbios se manifestaron hoy en tres municipios del norte de Kosovo para exigir la retirada de los Ayuntamientos de nuevos alcaldes elegidos el pasado abril en unas elecciones boicoteadas por la comunidad serbia, mayoría en esos municipios.
Soldados de la misión KFOR, encargada de vigilar la seguridad en Kosovo, se desplegaron entre unidades de la policía especial kosovar, que se encuentra frente a las instalaciones municipales, y los manifestantes.
Los serbios del norte de Kosovo no reconocen la autoridad de los nuevos alcaldes, elegidos el pasado abril en unos comicios en los que la participación fue de apenas el 3 % debido al boicot de los serbios, que son minoría en Kosovo pero gran mayoría en cuatro municipios del norte kosovar.
Las elecciones fueron organizadas después de que los representantes de los serbokosovares se retiraran el pasado noviembre de las instituciones de Kosovo para denunciar la discriminación que, aseguran, sufren por parte del Gobierno central.
Pristina rechazó la propuesta del embajador de Estados Unidos, Jeffery Hovenier, para que, en interés de la desescalada, los nuevos alcaldes ejerzan sus cargos desde otras instalaciones.
Kosovo, antigua provincia serbia poblada por una gran mayoría de albaneses, proclamó en 2008 su independencia, que Serbia no reconoce.
Ambos países negocian la normalización de sus relaciones sobre un nuevo plan de la Unión Europea, apoyado por Estados Unidos, en un proceso interrumpido con frecuencia por el estallido de tensiones.
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