Allegados y compañeros de la Unión Demócrata Cristiana de Alemania (CDU) dieron hoy el último adiós al político Wolfgang Schäuble, recordado como coartífice de la reunificación y férreo defensor de la austeridad, tras su muerte el pasado 26 de diciembre a los 81 años
Cientos de personas se reunieron este viernes en la iglesia evangélica de Offenburg, su localidad natal en el sur de Alemania, para despedirse del Schäuble, que marcó la política alemana durante más de medio siglo.
El jefe de la CDU, Friedrich Merz, destacó durante el oficio que el diputado y exministro, nacido en 1942, «se inscribe como persona, como personalidad, en la primera línea de la generación posbélica europea que ha escrito nuestra historia en el pleno sentido de la palabra y nos han marcado, a mí también personalmente».
Desde que ingresó a la política, Schäuble vio llegar a seis cancilleres de los diez que ha tenido Alemania en democracia y marcharse a cinco de ellos, recalcó.
24 Gobiernos
Además, según recordó, de los 24 Gobiernos que se han sucedido desde la posguerra, el conservador formó parte de seis, primero bajo Helmut Kohl y más tarde bajo Angela Merkel, en cuyos gabinetes fue responsable de Interior y de Finanzas.
En sus más de cincuenta años como diputado del Bundestag, también ocupó el puesto de presidente, como político más veterano de la cámara baja, además de liderar el grupo parlamentario conservador y la propia CDU.
Merz alabó también su papel como padre del tratado de reunificación que puso fin a 40 años de división entre las dos repúblicas alemanas, que, según había dicho en ocasiones el propio Schäuble, fue el tramo más relevante de su carrera política.
El tratado «no solo lleva su firma, pero también sus señas», dijo el líder conservador, que recordó también su histórica intervención en el Bundestag durante el debate relativo al texto.
Crisis de la deuda
Merz recordó también la actuación de Schäuble como ministro de Finanzas durante la crisis de la deuda, cuando su defensa a ultranza de la austeridad le granjeó numerosas antipatías en el sur de Europa.
«Su gestión de la crisis salvó al euro y a Europa en general», aseveró el jefe democristiano.
Durante el oficio, presidido por la obispa evangélica de Baden, Heike Springhart, muchos honraron también la abnegación de la esposa del político, Ingeborg Schäuble, que colocó su vida a su servicio después de que quedara paralizado a consecuencia de un atentado en 1990.
Una de las cuatro hijas de Schäuble, Christine Strobl, aludió a las últimas conversaciones mantenidas con su padre durante las Navidades y recalcó que éste «no tenía miedo a morir», aunque le dijo que «era una idea extraña que no fuese a estar aquí en unos pocos días».
Al oficio acudieron entre otros la ministra del Interior, la socialdemócrata Nancy Faeser, el presidente del Tribunal Constitucional, Stephan Harbarth y el exjefe de Gobierno luxemburgués y expresidente de la Comisión Europea Jean-Claude Juncker, entre otras figuras de la política.
Una ausencia conspicua fue, sin embargo, la de la excanciller Angela Merkel, que tras su retirada de la política ha cortado prácticamente todos sus vínculos con su partido.
Tras la ceremonia, estaba previsto que el féretro, cubierto con la bandera alemana, fuera objeto de honores militares, antes de ser transportado al cementerio Waldbachfriedhof.
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