

La automatización ya no es un escenario de ciencia ficción, sino una realidad que redefine el mundo del trabajo. Y Amazon, una de las mayores empleadoras de Estados Unidos, está al frente de esta transformación.
De acuerdo con documentos internos revisados por The New York Times, la compañía de Jeff Bezos se prepara para sustituir progresivamente a cientos de miles de trabajadores por sistemas robóticos en sus centros logísticos.
En apenas dos décadas, Amazon pasó de ser una tienda en línea a convertirse en un gigante con casi 1,2 millones de empleados en EE.UU. Pero esa expansión laboral parece tener los días contados.
Los informes internos señalan que, para 2027, la empresa prevé evitar la contratación de más de 160.000 nuevos empleados gracias a la implementación de tecnologías automatizadas. El objetivo final: que el 75% de las operaciones sean realizadas por robots.
El cambio no solo reducirá costos, unos 30 centavos por cada producto seleccionado, empaquetado y entregado, sino que transformará radicalmente la estructura laboral de la compañía.
Los cálculos internos apuntan a que, de aquí a 2033, Amazon podría duplicar su volumen de ventas sin incrementar su plantilla, lo que implicaría que unos 600.000 puestos de trabajo potenciales dejarían de existir.
Esa decisión forma parte de una tendencia global que preocupa a economistas, sindicatos y organismos internacionales. Desde la ONU hasta el FMI, los informes coinciden en advertir que la inteligencia artificial y la robótica amenazan con generar un desempleo estructural sin precedentes, especialmente entre los trabajadores con menos cualificación.
Amazon, consciente del impacto social que puede provocar su giro tecnológico, ha comenzado a diseñar estrategias para mitigar el daño reputacional.
Los planes internos incluyen la participación en actividades comunitarias, como ferias o campañas solidarias, y una cuidadosa estrategia de comunicación. La empresa evita hablar de “automatización” o “inteligencia artificial”, y prefiere utilizar términos como “avance tecnológico” o “cobots”, una palabra que sugiere colaboración entre humanos y robots.
Sin embargo, críticos y expertos advierten del dilema que enfrenta la compañía: al reducir su dependencia de la mano de obra humana, también limita el poder adquisitivo de millones de personas que constituyen su propia base de consumidores. En palabras simples, Amazon corre el riesgo de debilitar el mercado que sostiene su negocio.
Ante las consultas de The New York Times, la empresa negó que los documentos reflejen su estrategia global de contratación y aseguró que planea incorporar a 250.000 personas durante la próxima campaña navideña. No obstante, la compañía no aclaró si esos empleos serán permanentes o temporales.
Lo cierto es que la llamada “revolución de los robots” ya no es un horizonte lejano. Amazon, como símbolo de la nueva economía digital, avanza hacia un modelo donde la eficiencia tecnológica podría terminar desplazando a gran parte de su fuerza humana.
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