Ciudad Guayana. La tradicional canción de uno de los mejores referentes musicales argentinos de toda la historia, Carlos Gardel con la inmortal frase “20 años no son nada” rememoró este miércoles 20 de Mayo, en el corazón de los feligreses de la parroquia Catedral de Ciudad Guayana San Juan Pablo II, al arribar el padre Gerardo Moreno, a sus primeros dos décadas de labor sacerdotal.
El sacerdote Gerardo Aquiles Moreno Torrealba, quien llegó a este mundo terrenal, el once de Noviembre del año 1972, para formar parte de un cúmulo de nuevos sacerdotes que se ha abierto espacio en Ciudad Guayana, emergiendo desde los muros de la Escuela Primaria Muevo Mundo de Guaiparo, y los siempre activos paredones de la Secundaria de Los Sabanales, para pasar al sector diversificado en el Sagrado Corazón de El Roble, antesala a sus inicios posteriores en el Seminario de Cumaná, con etapas de los años 1991-1994 y luego en la 1994-1998 en Caracas, donde se abrigó con los estudios de Teología en Santa Rosa de Lima, rematando su faena con estudios de Derecho, del que emergió en el año 2010.
Vivencias
Gerardo Moreno es el el sexto de ocho hermanos, en un núcleo familiar que está integrado por cuatro damas y cuatro caballeros, y no deja de lado su agradecimiento al cuadro familiar, por el que alaba a Dios.
“Sí, hoy alabo a Dios por haber tenido el detalle de ir a buscarme a Guaiparo contra todo pronóstico humano. Jesús, nuestro Dios y Salvador, para siempre, desde antes de yo saberlo me amó y apostó por mí, de hecho sigue apostando por mí, no se dará por vencido, es testarudo, así es el Señor, el Carpintero de Nazareth, nuestro Salvador…” afianza enteramente su posición, quien dirige la joven parroquia guayanesa, pero tal vez, una de las más importantes que posee Venezuela entera, por la connotación mediático de llevar el nombre de San Juan Pablo II, un hecho inédito en el mundo entero, para honrar a quien visitó y pisó, y bendijo de manera especial, la entonces explanada repleta de feligreses, durante la mañana-tarde del 29 de enero del año 1985, es decir, ya hace 35 años atrás, dejando marcada la visita con el retumbar de la voz del jovencito Adrián Guacarán, con el alegórico “Canto del Peregrino”.
“Él –Dios-continúa apostando a ganador, todo a nada. Por mí y por ti, por nosotros. El no apuesta a medias, pues un Dios tan bondadoso como el nuestro, es un Dios sin mezquindad, que nos da todo, pero nos exige todo, aunque a veces no demos el todo, es aquí donde nuestra debilidad se hacer fuerte en ÉL, como diría San Pablo…” reflexiona el Padre Gerardo.
20 de años de agradecimiento
Hoy Moreno Torrealba celebra sus primeros 20 años como sacerdote, del que destaca su fortaleza de joven ganado al servicio del prójimo.
“Se trata de 20 años de agradecimiento de principio a fin, de aquel año 2000 donde en medio de mi juventud, y con un espíritu impetuoso, impulsivo y por supuesto, irreverente, aquella mañana lluviosa del mes de Mayo en El Callao, le dijo a Jesús, Sumo y Eterno Sacerdote, sí, Sí, Señor, quiero ser tu sacerdote, hoy renuevo esas palabras por estos 20 años y por los que vienen, pero contigo, Señor, porque sin ti, no puedo…”
Referenció su apoyo moral y sobre todo espiritual, para la labor que cumple dos décadas, señalando que “con tu ayuda, con tu gracia como dije el día de mi ordenación sacerdotal, porque sin ti nada puedo, y todo lo que ha podido, ha sido gracias a ti, por lo tanto Señor, los agradecimientos, los aplausos, la admiración, la credibilidad y la confianza que las personas me han dado, no son para mí, sino para ti, perdóname si te los he robado, como diría el comediante: fue sin querer queriendo. Tú sabes que es así, Señor y como el Apóstol Pedro, te digo con mi alma y corazón: Tú lo sabes todo, Señor. Tú sabes que te amo…” expuso en medio de su homilía de este miércoles 20 de mayo, en la conmemoración de sus 20 años de ordenación sacerdotal, celebrada en los estudios de la emisora radial News 105.3 FM, enmarcada en el cumplimiento de la cuarentena que se cumple a raíz de la pandemia mundial, que prevalece prácticamente en el mundo entero.
Durante su intervención radial conmemorativa, expresó que “no tengo ninguna queja por estos 20 años. Sólo mucho que agradecer. Sí, Señor, mucho que agradecerte por las tantas personas que has puesto en mi caminar. Tú has hecho lo posible para que a través de la fe se hayan cruzado nuestros pasos por las distintas parroquias donde me has permitido estar: Nuestra Señora del Carmen en el Calleo, donde di mis primeros pasos en el ministerio sacerdotal, comunidad en la que aprendí el desprendimiento, el amor por la cultural y la fuerza de la fe de la Virgen María, nuestra Señora del Carmen, que llevo siempre conmigo. Gracias por tanto. Lugo tuve la dicha de estar en Santa teresa de Jesús, donde aquí conocí a mucha gente buena que hasta el día de hoy me sigue acompañando. Un gran privilegio¡¡¡…”
De igual manera sobre esta importante etapa de su camino sacerdotal, destacó el haber logrado conoce de esta comunidad de Santa Teresa, “su buena gente, donde aprendí la perseverancia, la paciencia,. Aquí afiancé el don de la escritura y del humor, dones que hoy reafirmo, y que digo son tuyos Señor. Son para que las personas crean cada vez más en ti, aunque haya quien al verme en un monólogo o celebrando la eucaristía, pueda decir: ¡¡¡Que locura¡¡¡. Incluso se escandalice, pero como diría Pablo, esa locura es la sabiduría de Dios que se muestra en la sencillez y la espontaneidad, lo genuino, virtudes que parecen estar en extinción Cuánto que agradecer a la Parroquia Santa Teresa de Jesús…”
Rememoró en esta paso de 20 años como sacerdote, su tránsito a la parroquia Corpus Christi, donde fue enviado, donde refiere que de “su tanta gente aprendí lo que significa la constancia, sentido de pertinencia, luchar por una causa, pero especialmente me enseñaron a confiar en el aquel que nos llamó, y que en los peores momentos nos acompaña y sostiene nuestra vida…”
Inicios de juventud
Para conocer el paso del padre Gerardo Moreno en la orden sacerdotal, reveló la esencia pura del motor básico que irrumpió tras el llamado de Dios, para consolidar su futura carrera, de la que ya surcan 20 sólidos años.
Contó que gracias al padre Lorenzo Garijo, su corazón terminó de asomar la idea de consagrarse a la orden sacerdotal.
“Allí estuvo presente –en su interés por el sacerdocio- el padre Lorenzo Garijo, español, quien estuvo sirviendo mucho tiempo acá en Guayana. De la congregación salvatoriana y fue quien estuvo al frente de la Parroquia de la Inmaculada Concepción de San Félix, cuando yo empecé a asistir a la iglesia. Yo tengo siempre en el corazón presente que fue Cristo a través de él (Garijo) quien sembró esa semilla en mi vida…”
De allí en adelante comenzó a asistir a retiros, retiros vocacionales, hasta que llegó el momento con Monseñor Ubaldo Santana Sequera de ser enviado al Seminario. Pero todo comenzó en la Iglesia Inmaculada Concepción, refirió.
Su vida sacerdotal arrancó en El Callao, donde comenzó su vocación plena, en la Parroquia El Callao en el año 1998. Luego lo enviaron a Santa Teresa en Altavista y de ahí a las Casitas del Core 8 (Corpus Christi) y desde hacer dos años, en la Catedral San Juan Pablo II.
“Verdaderamente yo pensaba que de pronto me enviarían a un pueblo, pero pienso que las cosas que uno va haciendo para bien, no solamente hacia las personas, sino hacia las comunidades, fue algo que Monseñor Herizandro Terán vio bien, y me parece que también recomendado por el padre Gregory Shaffer. Tuve la dicha de levantar en estructura y feligresía la Santa Teres, así como la del sector de Las Casitas del Coreo 8. A nivel de la construcción y a nivel de la calidad humana y pienso que de alguna manera, Monseñor Helizandro Terán quería impulsar esta Catedral, que estuvo de algún modo paralizada, pero de hace dos años Monseñor la elevó a Parroquia, le dio nombre y carácter de Parroquia, y me nombró a mí como el primer párroco para impulsar esta Parroquia y Dios quiera que la gente en general apoye, para levantar esta Catedral…”
Marcó con un frase precisa la gran celebración. Dos décadas dedicadas al sacerdocio, el que ahora lo ha colocado –dos años antes- en el umbral del desarrollo y completa terminación de la Catedral de Ciudad Guayana, la que ahora nombrarían Catedral San Juan Pablo II, en honor a quien bajo su égida de papa viajante, logró poner pies en tierra, la que ahora, es tierra Santa.
“Pido siempre por el Papa…”
Consultado sobre sus oraciones bien internas, y su sentir inicial cuando quiere pedir por alguien en especial, Moreno Torrealba develó que “pido por el Papa, por toda la responsabilidad que tiene, la que representa para nosotros y para el mundo entero. Y pido por mi familia por supuesto, por mis hermanos sacerdotes, por Guayana, por la gente que Dios pone en mi caminar e incluso, pido por las personas que a lo mejor me han criticado, me han difamado, con o sin razón, que han buscado dañarme, y pido por esas personas y digo en mi corazón que no guardo rencor contra ellos…”
Una gran fiesta debería ser
Aprovechando la celebración eucarística que este miércoles 20 de Mayo, en el marco de este 20 aniversario de ejercicio sacerdotal del padre Gerardo Moreno, y en el marco del trabajo que le ha sido asignado al frente de la Catedral San Juan Pablo II, consultamos a lo interno, cómo le gustaría que fuera la celebración de la inauguración de lo que se está levantando con mucho esfuerzo, en el terreno santo de Alta Vista.
“Pediría que el pueblo católico y el pueblo creyente religioso, se deberían congregar, hasta las altas autoridades, porque la Catedral se lo merece, porque el Papa Juan Pablo II pisó esa tierra, donde se estará construyendo esta catedral. Tuvimos que un Santo ahora, nos haya visitado. Merece bien ese honor, de que por ese día se paralice la ciudad y estemos allí todo el pueblo, la Iglesia en su jerarquía, la gente del Gobierno, la gente que incluso se opone, pero que agradezcamos a Dios como una sola nación, como una sola ciudad, por esta Catedral…”
-¿Con o sin el Papa en esa inauguración…?-
“Si pudiera ser con el Papa, mejor (risas). Sería mejor. Sería ideal hacer esa inauguración con el Papa del momento. Sería maravilloso…” enfatizó Moreno.
Y para proseguir en el trabajo que se lleva a cabo, en la Catedral de Ciudad Guayana, Moreno reiteró la invitación para “que los feligreses se acerquen a la Catedral los domingos, para que vean la cantidad de personas que estamos celebrando, para que vean cómo vamos caminando, creciendo, y que dejemos de lado, la mezquindad y de lo poco que podamos, aportemos para esa parroquia, y valga la pena decirlo, ahí hemos habilitado oficinas, baños, hemos habilitado la parte eléctrica, incluso antes de la cuarentena echamos un sobre piso para habilitar una capilla y un salón parroquial y quisiera en nombre de Cristo, a nombre de Dios y a nombre de la Diócesis, que ayudemos un poco más…”
“Cuando suelo escuchar que estaré en la historia de los libros de esta Diócesis, por ser el primer párroco de esta Parroquia, es una bendición. Pero sí Dios no está presente, esta historia se convierte en vanidad aunque sea el primer párroco de la Catedral. Es como el conocimiento, sin humildad se transforma en arrogancia, por lo tanto dejemos que Jesús, el Carpintero de Nazaret, Él, que es nuestro Dios, siga haciendo su obra en nosotros y por medio de nosotros…”
Finalizó reiterando su compromiso al frente de la Catedral de Ciudad Guayana, indicando que “en estos dos años he aprendido de ustedes, mi comunidad, gente sumamente buena, que vale la pena apostar por esta parroquia, por su construcción, que es un anhelo, pues nuestra Catedral es un patrimonio no sólo de Ciudad Guayana, sino de toda Venezuela, porque tuvimos el privilegio de haber sido visitados por San Juan Pablo II. ¡¡¡Que bendición¡¡¡, ¡¡¡Que privilegio¡¡¡. Ustedes me han enseñado a amar más a la Iglesia, me ha confirmado como sacerdote, pero especialmente me han ayudado a ser yo mismo, a ser Gerardo Moreno. No han buscado cambiarme, ni me han condicionado ni han pretendido influir en mí para que yo deje la espontaneidad, lo genuino, mi forma de ser y de hacer las cosas, de celebrar la Misa. Más bien con sus palabras, gestos, cariño, confianza y credibilidad me dicen ¡Cuánto me aprecian¡. Cuanto me aman y se sienten orgullosos de mí. El cariño es recíproco…”
Especial agradecimiento
Durante la remembranza de lo que ha sido la carrera sacerdotal del padre Gerardo Moreno, extendió un especial agradecimiento a Monseñor Medardo Luzardo, de quien referenció que “fue el que me recibió una mañana La Curia, donde recuerdo que fue con mi mamá, quizás sin estar muy claro, pero me dije que quería ser sacerdote. Antes ya la había a mamá que querías ser sacerdote o profesor, sin saber que con el tiempo ejercería ambas vocaciones. Agradezco a Monseñor José de Jesús Núñez Viloria, siendo él Obispo de Ciudad Guayana, participé en mis primeros encuentros vocacionales. Agradezco además a Monseñor Ubaldo Santa Sequera, quien me envió al Seminario San José en Cumaná a estudiar filosofía. Posteriormente me envió a estudiar la teología en el Instituto Santa Rosa de Lima, en Caracas, y luego me ordenó sacerdote y si no me falla la memoria, creo que fue el último que ordenó como sacerdote en esta Diócesis. Le agradezco además, el haberme enviado para El Callao, pues con eso aprendí que es más sencillo venir de un pueblo a la ciudad, que de la ciudad a un pueblo. La comodidad, la seguridad que a veces queremos como ministros, sin saberlo no nos deja crecer, avanzar, ser mejores. A Monseñor Mariano Parra Sandoval agradezco haberme traído a Santa Teresa de Jesús, pues me dio la oportunidad de saber de qué estaba hecho yo….”
También agradeció a Monseñor Juan Carlos Bravo, obispo de Acarigua-Araure, por “su amistad y por haberme brindado la oportunidad de ir a llevar el Evangelio desde el humor, de él he aprendido la espontaneidad y la pastoral de la presencia. Pastoral que tanta falta hace en nuestras parroquias. No puedo dejar de agradecer a Monseñor Angel Caraballo. De él he aprendido a continuar las construcciones desde lo que recibimos y algo que me han dicho cuando he tenido la oportunidad de hablar con él: Gerardo, siempre en comunicación con tu obispo…”
También agradeció de manera especial a “Monseñor Helizandro Terán, nuestro obispo, sí, le agradezco por su confianza. Sí, Monseñor, de corazón le agradezco su confianza, su sinceridad, el ser capaz de ponerme al frente de nuestra Catedral, la Catedral de todos. Espero con la gracia de Dios estará la altura de este compromiso y de la confianza que ha depositado en mí. De corazón, gracias Monseñor Helizandro por su gente de confianza. De usted también he aprendido que no le gusta la mediocridad, que buen Monseñor, porque tampoco soy fanático de ella. Gracias por tanto monseñor. Aquí está la Catedral, la Catedral de todos, esta es una Parroquia que cree en usted, y se siente admirada por sus homilías y su intelecto…” cerró marcando camino de lo que con el paso del tiempo, se va a constituir en un icónico momento para historia de Ciudad Guayana y donde Moreno, si así lo dispone Dios mismo, será parte importante de ese momento que está por venir.
Rodrigo Malagón Forero
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