La mayor columna económica en el sector ganadero es el estado de Apure, ocupando desde 2022 el tercer puesto nacional en producción de lácteos y carne, teniendo más de 2.200.000 cabezas de ganado.
Desde hace muchos años el estado ha logrado un enorme avance económico gracias al trabajo agrícola y ganadero, sobre todo por la producción pecuaria y la distribución a la mayoría del mercado venezolano.
Es importante resaltar que, gran parte de los cultivos agrícolas, son por temporada, como la yuca, el frijol y el maíz. No obstante, la actividad comercial que tiene mayor relevancia es la producción de quesos, leche y carne.
Durante una entrevista en 2023, el jefe regional de la Federación Nacional de Ganaderos (Fedenaga), Chara Melgarejo, declaró que la producción de lácteos y carne había disminuido un 30% ante las dificultades presentadas por el déficit de servicio energético, sumado a los apagones y la escasez de combustible.
También rememoró el contrabando de ganado en 2022, indicando que al mes robaban más de un millón de ejemplares en Apure y Táchira.
Actualmente, los representantes gremiales han indicado que este 2024 puede presentarse un aumento en la producción ganadera, mientras se cumplan con un par de condiciones básicas relacionadas con la adquisición de recursos comerciales y reforma de las infraestructuras.
Impulso del sector ganadero
A pesar de los obstáculos, la producción pecuaria en Apure continúa conservando su tercer lugar en la nación. El director de la Asociación de Ganaderos de la entidad (Agapure), Andrés Colmenares, aseguró que conforman entre el 20% y 35% de la producción venezolana.
Asimismo, destacó que cuentan con más de 330 agremiados y que próximamente se van a sumar más. Por ahora, comenta Colmenares, se centran en la producción de lácteos, más específicamente en quesos, surtiendo semanalmente 300 mil kilogramos de queso al mercado del país.
A pesar de su evolución económica, aún se enfrentan a ciertas dificultades, como el descenso de los créditos bancarios y financiamiento para los gremiales, los cuales son necesarios invertir u obtener insumos, por lo que se han visto en la obligación de trabajar con financiamiento propio.
«Es uno de los sectores que se ha negado a morir», afirmó el ex director de Agapure, señalando que persisten las complicaciones en la infraestructura y servicios, en especial por el poco acceso al combustible, desacelerando los trabajos de campo, y las frecuentes caídas energéticas, que daña el funcionamientos de los mecanismos de bombeo.
«El problema eléctrico ha afectado enormemente. El verano ha sido intenso con las olas de calor y se requiere de sistemas de bombeo para el campo», expresó el representante, quien sostiene que se puede impulsar la producción si los productores consiguen el financiamiento y la inversión.
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