Doha, Catar. La fortuna que en Rusia 2018 dio la espalda en la misma situación, una tanda de penaltis de octavos de final, reapareció para castigar a una España que mascó la impotencia de un dominio improductivo, la frustración de su falta de pegada ante una Marruecos combativa, que a base de coraje llevó el duelo al factor fortuna que, nuevamente, dio la espalda a Luis Enrique.
No es habitual la renuncia a la inspiración goleadora de un jugador en racha. Lo hizo de inicio con Álvaro Morata, suplente tras marcar en cada partido del torneo. La idea era buscar movilidad ofensiva para encontrar espacios que tardaron en aparecer. España necesitaba máxima precisión en el pase, transiciones con rupturas de Pedri y desmarques en las bandas. Comprobó la dureza desde el inicio, con la patada de Ziyech a Jordi Alba, y le costó generar peligro ante un 4-1-4-1 sin fisuras.
Marruecos no atendió a la debilidad mostrada por España cuando Alemania le buscó arriba o Japón le hizo daño desde la necesidad. Se sintió fuerte entregando el balón, sin rifarlo en salida cuando lo tuvo, sin sufrimientos ni concesiones. Solamente un desmarque de ruptura de Marco Asensio al pase en profundidad de Jordi Alba y el disparo de zurda al lateral de la red a los 26 minutos. Apenas Ferran la pedía al espacio para lanzar centros sin rematador. Ni un disparo a puerta.
Nada alteraría el plan de Walid Regragui. Parecía imposible pero la opción de ser más defensivo podía acrecentarse retrasando aún más metros, con En Nesyri hasta defendiendo en banda. La valentía solo existió en la pugna por cada balón. Era el momento de buscar el desborde y Luis Enrique arengó a Nico Williams para ejercer su papel de revulsivo. El plan b ya estaba en escena.
Sin capacidad para trasladar al marcador la superioridad del campo, la prórroga era un capítulo más de las eliminatorias de la España de Luis Enrique. No venció ninguna en 90 minutos. Airosa ante Croacia en la prórroga, Suiza en los penaltis que dieron la espalda ante Italia en semifinales de la Eurocopa. De nuevo el corazón en un puño en el primer duelo al todo o nada en el Mundial.
La moneda al aire y salió cruz. El disparo al poste de Sarabia que había entrado para tener un experto. El golpeo blando del más fiable, Carlos Soler. El error del capitán Busquets, el día que igualaba el récord de partidos de leyendas como Casillas y Ramos. En el cierre más doloroso con el golpeo blando a lo Panenka de Hakimi. El más que posible adiós de Luis Enrique mascando la impotencia de una eliminación difícil de digerir.
. Ficha técnica:
0 – España: Unai Simón; Marcos Llorente, Laporte, Rodri, Jordi Alba (Balde, m.98); Busquets, Pedri, Gavi (Carlos Soler, m.63); Ferran Torres (Nico Williams, m.75 (Sarabia, m.118)), Marco Asensio (Morata, m.63) y Dani Olmo (Ansu Fati, m.98).
0 – Marruecos: Bono; Achraf Hakimi, Aguerd (El Yamiq, m.84), Romain Saiss, Nasser Mazraoui (Attiat-Allai, m.82); Amrabat, Ounahi (Benoun, m.120), Amallah (Cheddira, m.82); Ziyech, Sofiane Boufal (Ez Abde, m.66) y En Nesyri (Sabiri, m.82)
Penaltis: 1-0, Sabiri. 1-0, Sarabia al palo. 2-0, Ziyech. 2-0, Soler falla. 2-0, Benoun falla. 2-0, Busquets falla. 3-0, Hakimi.
Árbitro: Fernando Rapallini (Argentina). Amonestó a Saiss por Marruecos (89); y a Laporte (76) por España.
Incidencias: encuentro de octavos de final del Mundial de Qatar, disputado en el estadio Ciudad de la Educación ante 40.667 espectadores.
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