Lima.- Permitir que el público perciba en el aislamiento de sus hogares lo que «realmente es» la música en directo, y, de paso, que los músicos puedan «pasar la gorra» en plena crisis de la COVID-19, demoledora para el sector, es la tarea en la que se ha embarcado un entusiasta dúo peruano.
Forzados, como miles de músicos de todo el mundo, a quedarse en casa y suspender las presentaciones en directo, los integrantes del dúo «Alejandro y María Laura», una banda limeña de suave indie-folk, optaron por no resignarse y buscar soluciones para eliminar la frustración causada por la mala calidad de presentaciones y festivales que han proliferado por las redes sociales que «ni satisfacen al público» ni «ponen valor al esfuerzo de los músicos».
La idea surgió después de que los músicos Alejandro Rivas y María Laura Bustamante participaran en hasta cuatro eventos en directo a través de redes sociales durante las dos primeras semanas de encierro obligatorio, lo que les llevó a constatar «que un sistema así no es sustentable» para los músicos, ni para la música.
«Transmitir con mala imagen, inestable, sin sonido decente que le haga justicia a lo que es un concierto, no es la opción. Y las plataformas que hay son complicadas y no están pensadas para la música, hacen que los músicos luchen para que quede bien. Cambiar eso es la idea», indicó Alejandro desde su estudio limeño.
Complejo para la música
Una vez que despertó la idea, y de la mano de Gian Pietro Lavado, ingeniero electrónico y músico aficionado, se pusieron a pensar en la solución de un problema «complejo», porque «no hay una plataforma que tenga requisitos ideales para músicos y artistas».
La estabilidad de internet, el «lag» o las diferencias de banda ancha son algunos de los problemas que hacen «frustrante» la experiencia de los «conciertos digitales», sin contar con lo más sensible para los artistas: el sonido.
La incapacidad para emitir un sonido limpio y en estéreo, que permita transmitir por distintos canales de audio las complejidades de la música fue identificado como un problema básico por Alejandro y María Laura.
Lavado, más técnico, señaló también que se está fallando a la hora de considerar los requerimientos de red en la fuente que permitan llevar un audio y un vídeo con calidad a través de las redes sociales a una audiencia alta.
Y aún más allá: «no es solo difundir, sino hacer que un solo vídeo viaje por todas las redes sociales, y potencialmente, por más redes… Y de ahí superar el reto de la monetización, hacer que sea rentable».
Experimentar
Mientras Lavado trabaja ya en una plataforma que reúne todos esos requisitos de calidad de sonido, simplicidad de uso, amplia difusión y acceso y facilidad para «pasar la gorra» y que los músicos reciban un pago por su labor, Alejandro y María Laura se preparan para el primer experimento de ese concepto.
Este sábado, a las 20.00 horas de Perú (01.00 GMT del domingo), planean ofrecer un concierto en simultáneo por todas su redes sociales, basándose en una plataforma digital que hasta ahora había encontrado su nicho entre los «gamers» que graban y difunden sus partidas en el mundo digital.
Para solucionar los problemas de sonido, la fortuna parece haber jugado de su lado con un micrófono de última tecnología que compraron en EE.UU. para el estudio de grabación que tienen en casa y que les llegó por correo una semana antes de la entrada en vigor de la cuarentena, un aparato que permite grabar dos canales en simultáneo y emular así un sonido estéreo.
«No todos tienen un micro así, por eso hace falta una plataforma. Lo que hacemos es una prueba, sin eso será imposible, pero queremos que sea lo más cercano posible, para que la gente sienta que tiene un valor, que nos tomó un esfuerzo como músicos, no estamos en pijama improvisando, y que la parte técnica es suficientemente atractiva para la gente que escucha y ve el vídeo», apuntó Alejandro.
¿Y la gorra? Bueno, en esta ocasión el concierto experimental será abierto a todo el mundo porque el contexto global «no nos convence para pedirle a la gente que pague una entrada», pese a que los músicos son el paradigma del trabajador independiente «que cobra por lo que hace».
Eso no impide que vayan a experimentar también pidiendo donaciones, vía Paypal o a través de transferencia bancaria, como «una gorra virtual».
Si la plataforma en marcha y el modelo teórico de los conciertos digitales funciona, el objetivo es que «con la música en directo, se mantenga la industria» en esta crisis, sin prejuicio de que en el futuro genere «un nuevo modelo» de disfrutar la experiencia.
«Potencialmente es muy interesante, porque permite flexibilidad, y porque hay gente que nos puede ver en todo el mundo. Mejorando la calidad online de los conciertos, nos acercamos a lo que la gente quiere ver y a la sensación de ir al concierto de la banda que me gusta», concluyó el músico.
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