En la próxima cumbre del G7 que se llevará a cabo en la región italiana de Apulia entre el 13 y el 15 de junio, el presidente estadounidense Joe Biden buscará asegurar el futuro del apoyo económico para Ucrania más allá de las elecciones de noviembre.
Este objetivo se centra en cerrar un acuerdo crucial que permitiría a Ucrania acceder a un gran préstamo en 2025, utilizando los intereses acumulados de los 300.000 millones de dólares de fondos congelados del banco central ruso en la UE.
Estados Unidos propone utilizar los intereses futuros como aval para un préstamo que podría ascender hasta 50.000 millones de dólares, buscando blindar económicamente a Ucrania ante posibles cambios políticos en el G7, especialmente ante la perspectiva de un regreso de Donald Trump al poder.
A pesar de que el acuerdo aún está en fase de negociación y se debaten aspectos jurídicos, la meta de Estados Unidos es anunciar en la cumbre un principio de acuerdo general y concretar detalles en futuras negociaciones.
Además del enfoque en Ucrania, el presidente Biden buscará explorar la expansión de sanciones a entidades rusas que apoyan al Kremlin en la guerra, así como abordar la creciente relevancia de China.
Se espera que Biden centre la atención en la producción china de tecnologías para energías limpias, considerando medidas como aranceles para vehículos eléctricos fabricados en China.
La agenda de la cumbre también incluirá diálogos sobre inteligencia artificial, cooperación migratoria, y la posibilidad de ofrecer alternativas a los préstamos chinos a países emergentes, con el objetivo de reducir la influencia de China en dichas naciones.
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