Johannesburgo.- El presidente de Sudáfrica, Cyril Ramaphosa, y su homólogo estadounidense, Joe Biden, abordaron por teléfono el impacto en África de la guerra de Ucrania después de que el país africano se abstuviera en la votación de este jueves para suspender a Rusia del Consejo de Derechos Humanos de la ONU.

«Tuve una productiva llamada con el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, esta noche», confirmó a última hora de este viernes a través de la red social Twitter Ramaphosa.

«Compartimos puntos de vista sobre el conflicto en Ucrania y coincidimos en la necesidad de un alto el fuego y de diálogo entre Rusia y Ucrania», dijo el mandatario.

El Gobierno de EEEUU, confirmó la llamada a través de un comunicado según el cual Biden subrayó «los desafíos globales provocados por el avance de la invasión rusa de Ucrania».

Ambos líderes conversaron sobre «la actual crisis humanitaria en Ucrania y el impacto de la crisis sobre las cadenas de suministro, los precios de los productos básicos y la seguridad alimentaria en África», según el comunicado de la Casa Blanca.

«Como parte de la profundización de las relaciones, acordamos crear un equipo para fortalecer el comercio, aumentar la inversión en infraestructura y trabajar para abordar el cambio climático», añadió Ramaphosa.

La llamada, que según medios locales fue a iniciativa de Biden, se produjo después de que el Gobierno sudafricano asegurara este viernes que no justifica la «intervención militar» rusa en Ucrania, pese su abstención en las recientes votaciones de la ONU contra Rusia.

«Me gustaría señalar claramente que Sudáfrica no es indiferente al sufrimiento de la gente en Ucrania ni somos indiferentes al conflicto», afirmó en una rueda de prensa la ministra surafricana de Relaciones Internacionales y Cooperación, Naledi Pandor.

«Nuestra posición no-alineada no significa que justifiquemos la intervención militar de Rusia en Ucrania, que ha violado el derecho internacional», agregó.

Aunque el pasado 24 de febrero, cuando comenzó la invasión rusa de Ucrania, el Ministerio de Relaciones Internacionales sudafricano reclamó públicamente la «retirada» inmediata de las tropas rusas a través de un comunicado (sin condenar, no obstante, la operación de manera explícita), en las semanas posteriores Pretoria fue suavizando su postura.

A comienzos de marzo, pese a las duras críticas desde la opinión pública sudafricana y la prensa local contra la postura equidistante del Ejecutivo de Suráfrica, este país se abstuvo en la votación de la Asamblea General de la ONU para condenar la invasión rusa, como hicieron otras naciones africanas.

Esta posición está relacionada no sólo con el papel estratégico, político y económico que Moscú tiene para buena parte de África, sino también por motivos históricos como el apoyo de Moscú a los movimientos de liberación de los pueblos africanos en el siglo XX, y a la lucha contra el «apartheid» en la propia Sudáfrica.

 

EFE

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