Expertos del Hospital Infantil de Filadelfia obtuvieron resultados positivos al evaluar el vientre artificial que desarrollaron y pusieron a prueba con animales. La Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA), ente regulador de los medicamentos en EEUU, está analizando la posibilidad de realizar ensayos clínicos en bebés prematuros.
El Entorno Extrauterino para el Desarrollo del Recién Nacido (EXTEND), cumple con las funciones de un útero natural y tiene como finalidad ayudar a completar el desarrollo de aquellos bebés que nacen a las 23 semanas de gestación.
Los investigadores han utilizado el dispositivo con más de 300 corderos prematuros, los cuales se mantuvieron con vida y se lograron desarrollar totalmente sus órganos como si se encontrara en el vientre materno.
Ante tales resultados, la FDA invitó a múltiples pediatras, neonatólogos y especialistas en bioética para determinar si se podían realizar los primeros ensayos. De igual forma, han contactado con EXTEND para fijar el primer ensayo clínico.
EXTEND: desarrollo animal óptimo
Desde 2017, el grupo de investigadores del Hospital Infantil de Filadelfia había iniciado sus ensayos en ocho corderos, los cuales estuvieron por cuatro semanas en el sistema hasta completar su gestación. Estos ejemplares tenían sus cerebros y pulmones totalmente desarrollados y se creció el pelaje.
En 2019, el grupo se vinculó con la ‘Vitara Biomedical’, una institución que desarrolla métodos terapéuticos para los bebés prematuros, lo que les permitió ganar más de 100 millones de dólares para crear el útero artificial.
EXTEND declaró que su experimento no tiene como objetivo desarrollar bebés durante todo el proceso de gestación, solo crea una simulación de útero natural para asegurar el crecimiento sano de los que nacen de forma prematura, es decir, aquellos bebés que han logrado menos del 70 % de desarrollo y no tienen las 28 semanas.
Funcionamiento del vientre
Cuando un bebé es prematuro, suele presentar problemas en su cerebro y pulmones, ya que son los que más tiempo necesitan para desarrollarse, y solo un útero natural les puede ofrecer oxígeno, anticuerpos, erradica los desechos que se presenten en la placenta y aporta nutrientes.
EXTEND es un útero artificial que posee una bolsa que está llena de líquido con electrolitos que se asemejan al líquido amniótico, allí se coloca al bebé. Después, los médicos conectan los vasos sanguíneos del cordón umbilical del feto a un sistema de oxigenación, ayudando a que el corazón trabaje.
Resulta que realizar la conexión con los vasos sanguíneos es un proceso complejo, ya que son arterias diminutas y se contraen cuando el pequeño nace, lo que implica que cada segundo es indispensable.
A pesar de que los científicos de EEUU están muy cerca de ensayar con humanos, otros países también han desarrollado úteros artificiales, como Australia, España, Japón y Singapur.
Ética profesional
Si bien es cierto que los experimentos en fetos de cerdos, corderos y chimpancés han logrado dar frutos, la realidad es que no son iguales a los humanos, por lo que se tiene la incógnita de si se adapta a los bebés humanos.
Un obstetra de la Universidad Nacional de Singapur, Matthew Kemp, declaró ante Nature que «desde un punto de vista ético, no hay datos suficientes» para justificar el inicio de ensayos en humanos, a menos que «alguien tenga un montón de datos sin publicar».
Mientras que el cirujano fetal de la Universidad de California, aseguró que los datos son prometedores, pero considera que “invertir tanto dinero y tecnología” en bebés que tienen bajas probabilidades de sobrevivir, no es lo más óptimo. Sugiere que se debe mejorar el apoyo al embarazo y los métodos para cuidados críticos prematuros.
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