Bagdad.- La calma prevalece este domingo en Bagdad y en sus alrededores tras cinco días de protestas en el país por el desempleo y la corrupción en las que han muerto alrededor de un centenar de manifestantes, mientras el Gobierno iraquí busca apaciguar la revuelta con respuestas a las demandas.
Una fuente del Ministerio de Interior iraquí, que pidió el anonimato, aseguró a Efe que hasta el momento, excepto pequeñas concentraciones de jóvenes en la zona de Al Habibiya, ubicada en Ciudad Sadr, una zona populosa de mayoría chií en el este de Bagdad, la capital iraquí está en calma.
En Ciudad Sadr reside un nutrido grupo de seguidores del clérigo chií Muqtada al Sadr, un destacado líder opositor al Gobierno iraquí.
Hace dos días, el mismo clérigo pidió elecciones anticipadas y la dimisión del Gobierno de Adel Abdelmahdi, formado hace un año con un perfil tecnócrata para hacer frente a los acuciantes problemas económicos que sufre Irak tras años de conflicto armado y mala gestión de los recursos.
La conexión a internet fue restablecida puntualmente unas horas esta madrugada, después de que su acceso fuera prácticamente bloqueado desde hace días, aunque de nuevo permanece desconectada, según la Comisión de Derechos Humanos de Irak y NetBlocks, una plataforma global que supervisa la censura en la red.
Mientras tanto el Gobierno iraquí ha aprobado una serie de medidas este domingo para apaciguar la revuelta popular, que se inició el pasado martes, y desde ayer se mantienen reuniones entre representantes del Ejecutivo y de los manifestantes para llegar a un acuerdo que ponga fin a este movimiento.
Ayer hubo manifestaciones y enfrentamientos en varios puntos de la capital, donde las autoridades levantaron el toque de queda, en el que murieron cinco personas, por lo que la cifra aumentó a 99 desde el pasado martes, según dijo a Efe el portavoz de la gubernamental Comisión de Derechos Humanos de Irak, Ali al Bayati.
EFE
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