Venezuela y Estados Unidos, sin relaciones desde 2019, retomaron sus conversaciones tras varios meses en vaivén y con las inminentes presidenciales del próximo 28 de julio en el país caribeño como telón de fondo, seguidas de cerca por Washington.
Tal y como lo anunció el mandatario Nicolás Maduro el lunes, ambos países celebraron este miércoles, de manera virtual, una primera reunión, durante la que se comprometieron, según Caracas, a «trabajar de forma conjunta para ganar confianza y mejorar las relaciones» y a «mantener las comunicaciones de manera respetuosa y constructiva».
A través de X, el jefe negociador de Maduro, Jorge Rodríguez —también presidente de la Asamblea Nacional (AN), señaló que la delegación venezolana rechazó las «tergiversaciones que, sobre este diálogo y de manera reiterada, han publicado voceros del Gobierno» estadounidense.
Asimismo, insistió en que estas conversaciones deben «limitarse a lo acordado» con la mediación de Catar, que contempla, fundamentalmente, el levantamiento de sanciones.
El diálogo estuvo congelado tras su último desencuentro, en abril, cuando Washington revirtió el alivio parcial de sanciones otorgado en octubre a Caracas, al considerar que este no cumplió, en su totalidad, con el Acuerdo de Barbados, que establece garantías electorales.
Sin «manipulaciones»
Rodríguez indicó en su mensaje que, para «seguir recuperando la confianza mutua y las relaciones» entre ambos Gobiernos, «se deben respetar los principios de autodeterminación, soberanía y reciprocidad», lo que para Venezuela significa abstenerse de injerir en sus asuntos internos, entre ellos, las presidenciales.
El lunes, Maduro adelantó que esta nueva ronda de negociación, que dijo haber aceptado tras recibir propuestas durante dos meses, se basará en «restablecer los términos del diálogo con respeto, sin manipulaciones», y en que EEUU «cumpla con los acuerdos firmados en Catar».
Por su parte, EEUU insistió en que está abierto a un diálogo con el Gobierno de Maduro de «buena fe», y reafirmó la solicitud de que las presidenciales del 28 de julio sean «competitivas e inclusivas».
La Casa Blanca, según dijo en una rueda de prensa su portavoz, Karine Jean-Pierre, es «consciente de que el cambio democrático no será fácil y requiere de un compromiso serio».
Desde marzo de 2022, cuando una delegación de la Casa Blanca viajó a Caracas a reunirse con Maduro, las conversaciones bilaterales han sido intermitentes y con altibajos.
Si bien el Gobierno chavista asegura haber vencido «el bloqueo criminal», casi a diario exige el levantamiento de las sanciones, a las que suele llamar «medidas coercitivas unilaterales», y recientemente esta solicitud también ha ocupado espacios en pancartas de Caracas.
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