Río de Janeiro.- Las amenazas contra la libertad de prensa en Venezuela y la censura se agravaron aún más este año con el deterioro de la crisis económica, política y social del país.

Hoy es «casi imposible» ejercer prensa libre e independiente en el país, denunció este jueves la organización Reporteros Sin Fronteras (RSF).

«La lista de los métodos de (el presidente venezolano, Nicolás) Maduro para censurar a la prensa de Venezuela es enorme y aumentó aún mas este año», afirmó a Efe el director de RSF para América Latina, Emmanuel Colombié, tras un acto en la ciudad brasileña de Río de Janeiro.

Colombié detalló la situación en la región descrita en el Ránking Mundial de Libertad de Prensa, informe que la organización presentó este jueves en París.

«En Venezuela tenemos una serie de métodos de censura que vienen aumentando en la medida en que se deteriora la situación social, económica y política del país, por lo que este año la situación de agravó aún más con las nuevas tensiones», agregó el vocero de la organización no gubernamental de defensa de la libertad de prensa.

Alta tensión

De acuerdo con Colombié, las tensiones aumentaron en 2019 con la decisión de Maduro de asumir un nuevo mandato pese a la oposición de parte de la comunidad internacional y la de Juan Guaidó, jefe del Legislativo, de autoproclamarse presidente.

«Pese a que nosotros no asumimos posiciones políticas, no podemos dejar de mencionar lo delicado de esta tensión altísima entre el autoproclamado presidente y Maduro. En este contexto surgen nuevas tensiones políticas en las que se produce un aumento de las amenazas de violencia contra los periodistas», afirmó.

Para RSF, con el aumento de la represión a la prensa y el registro de un récord de arrestos arbitrarios de informadores y de la violencia ejercida por las fuerzas del orden contra reporteros, la posición de Venezuela en el Ránking Mundial de Libertad de Prensa cayó desde el lugar 143 en 2017 hasta el 148 en 2018, junto a Rusia (149) y muy cerca de la «zona negra» de la lista.

De acuerdo con la organización, las radios y televisiones más críticas a Maduro fueron privadas de licencias de transmisión y la prensa extranjera sufrió arrestos, interrogatorios y expulsiones.

«La degradación de la situación lleva a numerosos periodistas a abandonar el país para escapar a las amenazas y preservar su integridad física», según el informe de RSF.

Para Colombié, «en los primeros meses de 2019 hubo una continuación de lo que ocurrió en 2018 en Venezuela y un deterioro aún más grave de las condiciones de trabajo para la prensa independiente».

«Las tensiones están aumentando y el trabajo de los periodistas independientes es casi imposible porque hay represión, espionaje, detenciones indiscriminadas, intimidaciones, amenazas, violencia policial, confiscación de materiales, destrucción de materiales…», añadió.

Censura pura

Según el vocero de RSF, la Comisión de Telecomunicaciones también está cortando las señales de las pocas radios y televisiones que intentan informar de forma independiente. «Esto es pura censura estatal», afirmó.

Aseguró que, como el Gobierno tiene el monopolio de la distribución del papel, le corta el suministro a los diarios impresos críticos hasta obligarlos a cerrar.

De acuerdo con Colombié, un aspecto más reciente y preocupante es la persecución a periodistas extranjeros, que han sido detenidos, interrogados y expulsados del país.

«En una semana más de diez periodistas chilenos, colombianos, españoles, franceses y de otras nacionalidades que habían ingresado legalmente al país fueron expulsados sin ninguna motivo. Esto es gravísimo», dijo.


Difícil trabajar

El diagnóstico de Colombié fue compartido por la periodista venezolana Luz Mely Reyes, una de las fundadoras del portal independiente Efecto Cocuyo y ganadora de varios premios internacionales, que participó en la rueda de prensa de RSF en Río.

«La situación se agravó mucho a partir de enero de 2019 no sólo por las condiciones de asedio a la prensa sino también por la situación del país, ya que, con cortes de agua, de energía y de internet, es difícil trabajar, y no sólo para los periodistas sino para cualquier venezolano», manifestó.

En diálogo con Efe, Reyes apuntó que «las nuevas tensiones dificultaron el acceso a la información y las condiciones físicas dificultaron su distribución. Y lo más grave es que no vemos perspectivas de que pueda mejorar».

La periodista admitió que salió de Venezuela hace dos semanas por recomendación de organizaciones de defensa de los derechos humanos y no sabe si tiene condiciones de regresar con seguridad ni cuándo lo hará.

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