Vondrousova, número 42 del mundo, no jugaba una final desde la de los Juegos Olímpicos de Tokio 2021 que perdió contra Belinda Bencic y nunca había llegado hasta una final en hierba. De hecho su mejor resultado en la superficie, antes de este Wimbledon, fueron los cuartos que alcanzó en Berlín hace tres semanas.
Para la checa esta es una de las mejores victorias de su carrera deportiva, comparable a cuando venció a la propia Svitolina en las semifinales de los Juegos Olímpicos, asegurándose una medalla, y a la de las semifinales de Roland Garros 2019, cuando batió a la británica Johanna Konta.
La checa se aprovechó de la indolencia de Svitolina, que apenas generó a nueve golpes ganadores y llegó a avistar una auténtica paliza cuando iba 6-3 y 4-0 en el marcador. La ucraniana espabiló y remontó hasta el 4-3, con saque para igualar, pero Vondrousova pegó un acelerón final que terminó con el cuento de hadas de Svitolina, que hace nueve meses dio luz a su primera hija y había venido a este Wimbledon como invitada.
Con este resultado, la ucraniana subirá hasta el puesto 27 del ránking, el mejor desde que se fuera del circuito para ser madre, mientras que Vondrousova será la número 23 de la clasificación y de ganar la final ascenderá hasta el puesto 17.
La checa podrá vengar la final perdida en París 2019, la única que ha jugado de Grand Slam y en la que fue superada por la australiana ya retirada Ashleigh Barty. Espera en ese partido a la ganadora del encuentro entre la bielorrusa Aryna Sabalenka y la tunecina Ons Jabeur.
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